A los sectores progresistas

A los sectores progresistas

El país ha vivido demasiado tiempo bajo el control casi absoluto de este sistema político que ha empujado el país al despeñadero.

Se requiere impulsar la articulación de un bloque social que impugne este modelo hambreador, con posibilidad de convertirse en una nueva mayoría. Si confundimos los objetivos, podríamos estar “arriando para que otro enlace”.

El blanco principal es el sistema político y los segmentos sociales que se han beneficiado del mismo y que lo reproducen. Vistas así las cosas, la cuestión del casi seguro intento reeleccionista del actual presidente y los círculos de poder en el PLD, es sólo un factor a tomar en cuenta, en el esfuerzo por impulsar la articulación de ese bloque social, que le dé sustancia a una propuesta política alternativa. Si nos confundimos en este punto clave, abriríamos las puertas por donde se deslizaría un frente o bloque anti reeleccionista, para agrado de las cúpulas políticas y sociales que pueden muy bien estar detrás de un recambio en el Gobierno, para que todo siga igual.

Y ello será más válido en la medida en que el empecinamiento reeleccionista llegue a constituirse en una amenaza para la propia estabilidad de las instituciones y del Poder Ejecutivo, Judicial y Legislativo. El reeleccionismo, en manos de unos cuadros burocráticos decididos a mantenerse en el poder, puede muy bien constituirse en un peligro para aquellos poderosos grupos de intereses, y del poder extranjero, deseosos de mantener este paraíso, donde las clases subalternas soportan las más grandes penurias, mientras en la cúpula las ganancias y las facilidades para el  sector financiero y oligopólico (industrial, comercial, otros), del país, y para las  crecientes inversiones extranjeras en la minería, turismo, comercio y financiera, son cada vez más jugosas e impunes.

Nadie que se precie de progresista, interesado en frenar de raíz esta marcha fatal hacia el peor de los escenarios para las mayorías subalternas y para el aparato productivo nacional, puede confundirse en este punto, so pena de despertar, después del 16 de agosto del 2012, con que hemos trabajado para que todo siga igual.

Ahora, cuando empiezan a aparecer muestras palpables de que la clase media y el conjunto de clases y sectores trabajadores empiezan a despertar a la lucha, y cuando el conjunto de productores nacionales se concentran en defender, como sector (y no cada quien por su lado) sus intereses corporativos, debemos entender que sólo conectándonos a esas luchas, arrimando el hombro a los sectores necesitados, podemos crear las condiciones para que una propuesta política de país auténticamente alternativa, encuentre el terreno fértil para convertirse en una poderosa opción de poder.

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