A Luis que siga ahí, que va bien

A Luis que siga ahí, que va bien

El presidente Luis Abinader ha ganado importantes batallas. Hasta ahora, las más importantes han sido las libradas contra el covid-19, pandemia que azota el mundo y que se ha llevado en sus garras a ricos y pobres, asiáticos y africanos, americanos y gringos, indios e hindúes.

Ahora enfrentamos una variante del covid 19 o una nueva pandemia o como se le llame: la ómicron, del cual dicen que es más agresiva que la que padecemos, cuya duración va para dos años.

Aunque han muerto millones de personas por el coronavirus C19 nadie sabe cuántas personas que presentan igual resistencia a la vacunación, se arriesgan, aunque pueden perder la vida. Lo curioso de esos recalcitrantes es que cuando caen enfermos hay que buscarles médicos, medicinas, hospitalización y gastar dineros y recursos humanos que debería tener un mejor destino.

Otra batalla, que está en curso, es la de mantener la independencia de los fiscales. Durante los gobiernos peledeístas pedí, machaconamente, que reivindicaran, aunque fuera un problema solucionado, ¡vana ilusión!

Lo grave de su paso por el poder es que, a las muchas formas de corrupción conocidas hasta entonces, se ocuparon de refinarlas y descubrir y crear nuevas.

Ahora quieren, desde la oposición a la que los enviamos con la avalancha de votos que produjo El Cambio, dirigir el país por el camino del respeto a la ley, a la moral y a las buenas costumbres, pero no pueden, porque se graduaron de inmorales y ese título no se borra, se recicla, no creen en el respeto a la ley y desconocen las reglas morales.

En una palabra, aunque en el PLD, como en toda agrupación humana hay gente decente, buena, honesta, el peso de la mayoría, en su dirigencia, inclina la balanza hacia el lado equivocado.

Lamentablemente, el brillo del oro se llevó la mano de pintura de honradez, seriedad, probidad que hubo en algunos, de ahí que la sola comparación en quiénes eran y qué tenían en agosto de 1996, cuando ascendieron al poder por primera vez, y sus teneres a su salida del Gobierno en el 2000, demostró que fueron muy buenos ahorristas porque con sus suelditos terminaron millonarios.

No olvidemos que fue cuando Danilo Medina presidió la Cámara de Diputados todos, o casi todos, los miembros del Comité Central del PLD fueron nombrados asesores de la cámara baja, en una clara maniobra que permitió vislumbrar qué pasaría el día que tomaran todo el poder. Ya tenemos la prueba, se llevaron todo lo que pudieron y algo más. Muchos de ellos, aún no sometidos a la Justicia y aunque no lo sean, donde dicen ¡zape! dejan el pelerío.

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