A Lula le está gustando el capitalismo popular

A Lula le está gustando el capitalismo popular

¿Está el capitalismo popular afianzándose de Brasil? Suena poco probable. Este es un país en el cual “el mercado” es envilecido en la prensa y con frecuencia, los inversionistas se consideran depredadores.

Pero el Partido de los Trabajadores del presidente Luiz Ignacio Lula da Silva, que descartaba los mercados de capital mientras estuvo en la oposición, está aprendiendo a amarlos. El ministro de finanzas, Antonio Palocci, los describió como un impulsor del crecimiento económico y le pidió a CVM, la comisión de títulos de Brasil, que mejorara su eficiencia como fuente de crédito.

Los pequeños inversionistas están haciendo caso al llamado. El comercio de títulos por “corredores caseros” por la vía del Internet alcanzaron R$10,4 millardos (US$3,4 millardos) en el primer semestre de este año. comparado con R$3,7  millardos en la primera mitad de 2003.

“Hemos estado viendo un crecimiento exponencial, y se está acelerando”, dice Ricardo Negreiros, de Agora Senior, una casa de corretaje en Río de Janeiro, en la cual el negocio en la Red se incrementó de R$1 millardo en el primer semestre de 2003 a R$3,5 millardos este año. Negreriros menciona dos razones para esto: el incremento en la confianza en el Internet., como plataforma para el comercio, en la medida en que los clientes ven que las corredurías “virtuales” están respaldadas por instituciones concretas, y los resultados de las acciones brasileñas.

El índice BOVESPA, de la Bolsa de Valores de Sao Paulo ganó 141.3 % (en dólares) el año pasado. “En lugar de limitarse a ver subir el índice por televisión, la gente quiere participar”, dice el señor Negreiros..

Esto resulta cada vez más fácil de hacer. Agora Senior carga una tarifa plana de R$20 por transacción con una inversión mínima de R$1,000. En los bancos principales, los inversionistas pueden gastar un mínimo de R$100.

Solo recientemente las compañías empezaron a acudir a este mercado. El primer emisor para clocar acciones para inversionistas menores fue Suzano, una compañía de papel y pulpa, en noviembre pasado, cuando esos inversionistas adquirieron 6.5% de nuevas acciones por R$25,6 millones. Desde entonces se incrementó la colocación de acciones. Nautra, una compañía de cosméticos que realizó una de las tres ofertas públicas de acciones iniciales en mayo y junio -la primera en Brasil en una década- vendió 15.8% de sus acciones a individuos privados por R$122,1 millones.

Esto ha ayudado a las compañías a atraer una mezcla más saludable de inversionistas, con los inversionistas minoristas brasileños uniéndose a los extranjeros con instituciones locales y foráneas. Aunque dista mucho de ser una propiedad diversificada -la propiedad se mantiene concentrada- sí ha conducido a saltos de liquidez. DE acuerdo con Valor Data, un grupo estadístico que dirige Valor Econòmico, un periódico financiero, el comercio diario en acciones de Suzano saltó de un promedio de R$800 millones en los seis meses anteriores a la emisión de noviembre pasado a R$4,3 millones en los seis meses que le siguieron.

Y hay espacio para el mejoramiento. Los nuevos que están llegando al mercado son médicos, abogados y otros profesionales relativamente ricos. Las clases medias, en general, siguen siendo cautelosas.

El gobierno anterior intentó atraer a los que reciben salarios al permitirles utilizar los fondos de la seguridad social, llamados FGTS, para que compraran algunas de sus acciones a Petrobras, el grupo petrolero, en el año 2000, y CVRD, el gigante minero en 2002.

El dinero de los fondos FGTS de los individuos normalmente está disponible solo si se retiran o pierden sus empleos. Los trabajadores pueden utilizarlo para comprar una residencia mientras están empleados. De otra forma, gana la inflación más 3%  El darle a los trabajadores una oportunidad para invertir en acciones se vio como una forma de estimular el capitalismo popular y ofrecerles mejores retornos.

Marcelo Trinidade, presidente de CVM, dice que iniciativas como estas equivalen a los inventivos del gobierno para comprar acciones particulares y corren el riesgo de que “salga el tiro por la culata”, si, por ejemplo, un trabajador queda cesante después de comprar en un mercado a la baja. Entusiasmar más, dice “no está en mi lista de prioridades”. 

Una iniciativa que probablemente se repetirá es el PIBB, un fondo que se negocia en la bolsa -el primero de Brasil- destinado a rastrear el índice Bovespa de las 50 compañías principales, el IbrX 50. Se diseño por BNDES, el banco de desarrollo del gobierno, y las unidades representan una canasta de acciones de la carpeta del banco. El fondo se creó el mes pasado y recaudó R$600 millones, la mitad de individuos privados.

 “El fin era vender parte de nuestro portafolio sin tener un impacto en los precios del mercado y, lo más importante, atraer nuevos inversionistas minoristas al mercado de acciones”, dice Marcio Henrique Monteiro de Castro, director financiero de BNDES.

Para hacer el PIBB atractivo, el BNDES garantizó recomprar las unidades al valor nominal después de un año a los inversionistas individuales que gastaran hasta R$25,000. Y no dejó de ser un éxito. A las dos semanas del lanzamiento, se habían cobrado casi un cuarto de las unidades por los inversionistas institucionales.

 “El PIBB nos reveló que el mercado existe, pero que el producto se pudo haber vendido mejor”, admite el señor de Castro. El banco está estudiando un fondo que pudiera crearse a finales de este año, probablemente con un mínimo garantizado de tasa de retorno. Si el BNDES lo logra, el capitalismo popular de Brasi deberá aprovecharlo.
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TRADUCCION: Iván Pérez Carrión

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