El creciente mercado de vehículos de pasajeros de gran tamaño es impulsado por la idea de que un auto más grande es más probable que en caso de accidente sea muy seguro. ¿Es realmente así?

Hay una gran cantidad de personas que asocian el tamaño con la seguridad que proporciona un vehículo. La lógica en este caso nos hace imaginar que un auto pequeño terminará mucho más destruido en un impacto que uno más pesado y de mayor tamaño. Pero, una cosa es la lógica y otra es la realidad.

Análisis

Analizando el tema desde el punto de vista científico, la ciencia nos dice que a la misma velocidad un cuerpo de mayor masa posee mayor energía cinética que otro de menor masa. La energía cinética es la que adquiere un cuerpo cuando comienza a moverse, energía que se dispersa en otras energías cuando el vehículo se tiene que detener suavemente o bruscamente, es decir, cuando frenamos la energía cinética se dispersa en forma de calor a través de los frenos, y cuando se choca la energía cinética se transforma en calor, sonido, deformación de los cuerpos y una serie de reacciones físicas más.

Nosotros, como cuerpos, tenemos también nuestra propia energía cinética, pero al ir contenidos en un vehículo en movimiento, estamos expuestos a las consecuencias que nos pueda traer el auto.

Teniendo en consideración estos simples datos, deducimos que en caso de accidente un vehículo más grande y pesado tarda mucho más en detenerse que uno más pequeño y liviano, esto porque el grande debe dispersar mucha más energía.

Ejemplos

Ahora bien, para entender mejor el principio le haremos simples ejemplos: Consideren que dependiendo del tipo del choque, la energía debe ser disipada de alguna forma, como ya mencionamos anteriormente. Una de las razones por lo que un auto de carrera, aún desplazándose tan rápidamente, en caso de tener un accidente el piloto tiene mucha más posibilidades de salir indemne que en un auto normal a menor velocidad, es que con el percance las piezas de la carrocería y mecánica del bólido se sueltan y se dispersan quedando la cabina con menor masa, por lo tanto se detiene más pronto y minimiza las consecuencias en caso de impacto.

Diversos Aspectos

Otro punto que por ejemplo debemos analizar a la hora de pensar en un vehículo seguro es la altura del suelo del auto. Entre un sedán, con altura del suelo mucho más reducida, y un SUV, vehículo notoriamente más alto, este último en un percance puede favorecer su  volcadura. Físicamente las denominadas Jeepetas tienen un centro de gravedad alto, por lo que al derrapar o enfrentarse a movimientos bruscos tienden más fácilmente a volcarse. El centro de gravedad es simplemente un punto de equilibrio de un objeto. Tomando como ejemplo una botella vacía, si su base tiene menos peso que la parte superior tiende a caerse, la gravedad lleva al suelo siempre la mayor cantidad de masa de un objeto, así que más alto es el baricentro y meno seguro será en curvas, frenadas y en eventuales accidentes.

Un  impacto de un pequeño compacto tiene menos energía que disipar y se deformará menos, por lo que el efecto y fuerzas aplicadas sobre nuestro cuerpo serán menores que en un vehículo grande, pesante y rígido. Actualmente los vehículos de buen estándar en seguridad están diseñados para deformarse y de ésta forma absorber la energía del vehículo, dando más posibilidad de que el habitáculo no se deforme y no salve. Si el vehículo no tiene un buen desarrollo en deformación de sus elementos no disipará la energía del impacto, por ende nos podría causar graves lesiones haciendo que la fuerza y la inercia tengamos que soportarla nosotros en el interior.

Últimamente el nivel de seguridad de los vehículos SUV o 4×4 han mejorado bastante, pero hasta hace poco años atrás, los niveles de seguridad de estos autos que gustan tanto eran pobres o sólo aceptables en las pruebas de Crash Test internacionales.

Finalmente

Cuando va para la compra de un automóvil pensando en seguridad, es importante evaluar el uso que se le dará al auto para elegir el tamaño, y luego ocuparse si el vehículo que estamos escogiendo ha sido evaluado por instituciones internacionales que evalúan la seguridad de los vehículos como la Euro NCAP europea o la IIHS (Insurance Institute for Highway Safety) americana.