Hoy 
Hoy se cumple el primer medio siglo de la eliminación física del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, que gobernó despóticamente a nuestro país en el período 1930-1961, y la efemérides concita a algunas reflexiones.
Es menester empezar consignando que Trujillo estructuró los fundamentos del Estado dominicano moderno, inclusive su proceso industrial que es cierto, en un gran por ciento era suyo mal habido, pero que al caer ajusticiado en un charco de sangre no tenía una tuerca en el exterior y apenas cuentecitas para pagar cabildeos y sicariatos.
Ese patrimonio industrial, comercial y agropecuario empezó a dilapidarlo el Triunvirato que derrocó al presidente Juan Bosch presidido por Donald Reid Cabral, aceleró su proceso de liquidación el presidente Joaquín Balaguer y concluyó por desmantelarlo el presidente Leonel Fernández, inclusive las vías férreas de sus doce ingenios que fueron a parar chatarreadas a la represa Las Tres Gargantas que construye China. Y reciente, la vía férrea de la Grenada Co.
Trujillo construyó el Palacio de Bellas Artes a un costo de RD$1.5 mm amueblado y remodelarlo costó RD$1,000 mm. El edificio de la PN costó RD$500 mil, la Maternidad Julia Molina RD$825 mil. El Archivo General de la Nación RD$500 mil, el Palacio Nacional RD$2.5 mm. Banco Central RD$1.0 mm. Reservas RD$1.5 mm. Aeropuerto Punta Caucedo RD$17 mm. Banco Agrícola RD$1.148 mm.
Amplió el sistema de reguío; promovía la calidad de las razas ovina, caprina y equinos; creó el Seguro Social, la Fuerza Aérea más poderosa del Caribe con 249 aviones; modernizó la Marina de Guerra y Mercante y al Ejército. Creó el desayuno escolar sin fallar y diseminó las Escuelas Normales en todo el país y clases nocturnas para obreros.
En 1930 imperaba un desorden en todos los sentidos y la sociedad exigió el advenimiento de un gendarme que impusiera el orden y sacrificar la democracia huera que sabotea el rigor de las leyes.
