A merced del repentismo oficial

A merced del repentismo oficial

 Los dominicanos estamos sometidos al hacer de los burócratas, que se movilizan de acuerdo al clamor de la opinión pública, que les reclaman solución a los problemas más variados que afectan el buen convivir de la comunidad nacional.

 Un día nos topamos que la gente se siente fastidiada con las obstrucciones de las aceras y calles con toda clase de negocios, talleres de reparación de vehículos y freidurías, y con las quejas publicitadas por los diversos medios de comunicación, de inmediato las autoridades inician una campaña de remoción de todos esos obstáculos y chatarras, intención que no dura más de una semana, para volver de nuevo a la normalidad de dejar a la gente hacer lo que les dé las ganas.

 Otro día nos topamos que salen a cazar los niños haitianos  pedigüeños junto a las mujeres que andan con ellos, y después de una limpieza de esquinas,  que no dura ni una semana, para nuevo volver a verlos,  quizás con un poquito de discreción hasta que cojan confianza y retornar a la normalidad.

 Ahora las autoridades, en su repentismo de autoritarismo y eficiencia legal, la emprenden en contra de la enorme cantidad de personas que se aglomeran en las esquinas para hacer y vender de todo,  desde el limpiar vidrios hasta vender cachorros, pasando por los accesorios de los celulares. Luego del incidente que un limpiador de vidrios fue asesinado,  ahora quieren corregir un mal que las mismas autoridades lo dejaron  tomar cuerpo y solidez. Además, esta labor de limpieza no durará  más de una a  dos semanas, para  tratar de corregir una añeja tradición alimentada por el descuido  de las autoridades.

Donde las autoridades de todos los tiempos, desde 1961, se han mostrado incompetentes, temerosas e indiferentes,  es el de bregar con los dueños del país o los sindicalistas y empresarios del volante, que han hecho de  la sociedad su prisionera, sometida a los antojos y rabietas de los mismos para reclamar prebendas y favoritismos de los gobiernos, perjudicando severamente a los usuarios  con tantos paros sorpresas y agresiones entre ellos mismos,  cuando algún pirata se introduce en sus rutas  exclusivas.

 Por más que digan las autoridades, en su inercia para enfrentar a los envalentonados sindicalistas del transporte, les tienen miedo,  y hasta con presencia complaciente  sin proceder a actuar, observan las agresiones y enfrentamientos  entre choferes de sindicatos antagónicos  y a veces  los usuarios reciben su palo, pedrada o balazos de las armas que portan con irresponsabilidad. El temor de las autoridades las lleva a otorgar a los choferes  toda clase de facilidades,  desde exoneraciones para importar vehículos hasta combustible subsidiado a nombre de que no aumenten los pasajes, no hagan paros, huelgas  y no acorten las rutas.

 Estamos a merced del vigor momentáneo de las autoridades que, presionadas por  la opinión pública cuando los medios se hacen eco, de inmediato proceden a actuar con un acelerado  dinamismo, para luego agotarse en menos de lo que canta un gallo. Las fotos como las de José Boquete, que se publican en Diario Libre, del estado de las calles, tienen una efectiva respuesta  ya que las autoridades acuden a resolver el problema denunciado, incluso son problemas  que ellas mismas conocen,  pero no les da las ganas de resolverlo y ni le hacen  caso, ya que las quejas no son tan constantes ni publicitadas. Pero frente a una foto o un reportaje  televisivo, en menos de 24 horas proceden  a corregir el problema.  Entonces lo pregonan  como si fuera una gran hazaña, sin acordarse que era parte de sus responsabilidades,  y ofrecen hasta ruedas de prensa de esa hazaña de corregir lo que ellos mismos habían dejado destruir.

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