A mi hija Melissa (a Babeque, a la moral)

A mi hija Melissa (a Babeque, a la moral)

 JOSÉ SILIÉ RUIZ
Hola Mariamelia, te felicito, como de costumbre, por las más altas notas y me enteré de que te escogieron para decir el discurso del grupo… «Es que la directora tiene preferencias por mi je, je. Ser sobresaliente es lo menos que puedo hacer por mis padres que pagan un buen colegio por mí. Además, me gusta estar alante, alante…» Esto lo escribió el amigo Yaqui Núñez del Risco, a su nieta en su columna «Nuevo día», del Listín Diario (22 6 07).

Como esta nuestra columna dominical trata temas de salud, me atrevo hoy a comentar lo que a nuestro modo de ver es uno de los aspectos de mayor importancia en la salud social de un pueblo: «la salud moral», por ser la conducta ecuánime el activo más preciado que pueda tener una nación, en sus jóvenes. Mi hija menor, Melissa Ingrid, dijo el discurso de gracias en la «Noche de Honores», del Colegio de cual se despide: Babeque, luego de obtener la medalla al mérito estudiantil, la del más alto honor y otras. En el público, no puedo negar que como padre, aparte del orgullo que todo progenitor pueda sentir por el éxito de sus hijos, que de hecho es la mayor satisfacción que pueda tener uno en este oficio de continuar con la especie humana, no les puedo negar que reflexioné sobre la juventud de hoy.

La joven Melissa Silié Ruiz, habló en nombre de la promoción «Scentia 2007»; pero para gran satisfacción nuestra y gran sorpresa de todo el auditorio lleno de padres y alumnos del colegio en Casa San Pablo, los 20 minutos que duró su enjundiosa y muy madura ponencia, lo hizo sin leer nada y con las entonaciones e inflexiones de una «experimentada» autoridad de la oratoria, lo que ameritó una ovación de pie para ella.

Con la complacencia mayor, de que a nuestros tres hijos egresados de esa institución académica, les ha correspondido «El Más Alto Honor» y pronunciar los discursos de honor en sus respectivas promociones. Es decir que en el hogar Silié Ruiz, hay hoy una triple satisfacción, por Carolina, Omar y ahora Melissa, que han sabido ser estudiantes sobresalientes. Al terminar el hermoso acto, entre las muchas congratulaciones, hubo una que se me quedó «reverberando» en el cerebro: el cuestionamiento de un buen amigo que me preguntó la «formula» del tener tres hijos, y la gran dicha de que los tres hayan respondido con las máximas excelencias, para él aplicarla con los suyos y jocosamente le dije: «Que los había amenazado muy chicos, que si sacaban bajas notas y no se conducían adecuadamente los cambiaria de colegio». Y yo sabía que lucharían para evitarlo, en razón de que este centro educativo está demostrado por sus logros, ser una de las instituciones de educación de mayor calidad nacional.

En su discurso Melissa, hizo la arenga a los más jóvenes para un correcto proceder, y la cito: «Estudiantes del colegio Babeque aprovechen estos años, porque a nosotros nos dieron la base, la enseñanza, la capacidad de pensar por nosotros mismos, ver la realidad y querer mejorarla. Es ahora como estudiantes cuando se forma la ética y nos hace moralmente capaces de responder a las necesidades que se nos presenten, y ser ese ciudadano que tanto se necesita. Aprovechen cada clase, que siempre tendrá algo que enseñarles para que sean capaces de responderle a su país, que está buscando su ayuda. Padres, acompañen a sus hijos, involúcrense, sean guías de esas ideas que comienzan a moldearse».

En alguna medida, sé que estas reflexiones responderán la pregunta directa que nos hizo el buen amigo, padre Babeque: «Se ha dicho con insistencia, que los factores hereditarios a causa de la genética, guardan relación funcional entre los padres y los hijos, con suficiente rigor como para que ese vínculo determine en gran medida el comportamiento humano, influencia que llega a la sincronización de la capacidad  cognitiva del individuo. Pero están además: el entorno, la educación, los ejemplos, la sociedad y el propio individuo.

Mantenerse firme en sus convicciones, elaboradas dentro del terreno del decoro, le darán méritos para que con la frente altiva, llegar sin tropiezos de esos que hacen bajar la frente con sonrojo. Pues cuando se es consecuente con sanas ideas, le espera la corona del éxito, sin reveses emocionales ni sacudidas repulsivas. El pensamiento independiente no hace caso a los obstáculos, porque la perseverancia y la autonomía son fuerzas inexpugnables para contribuir eficazmente en la edificación del destino personal, porque así se rompe la inercia de la apatía.

Si el comportamiento ha sido razonable y la sociedad lo acepta como tal, debe considerarse un orden doble de relación, regulado por la moral social. Créase entonces un verdadero constructor de su propio destino». Estos juicios, que hacemos nuestros al citarlos, son del abuelo de Melissa, el Dr. José Silié Gatón, en su obra Luz Celeste: Temas Morales. En ellos, tal vez esté parte de la explicación a ese compromiso que los tres herederos han asumido, que espero continúen con esa conducta por el resto de sus días, para honrarse en una sociedad, que más tarde o más temprano juzga firmemente los procederes. Gracias al colegio Babeque, en la persona de Rosalina Perdomo y a todos sus profesores, por haber contribuido en demasía con la educación de nuestros tres descendientes. Gracias del alma, de unos padres agradecidos.

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