«Mi hijo no se mató, a mi hijo lo mataron a traición». Así afirmó la madre del raso de la Policía Nacional, Edwin Manuel de Aza, quien supuestamente se quitó la vida de un disparo en la cabeza la noche del domingo en el destacamento de Los Frailes Segundo, municipio Santo Domingo Este.
Entre llantos de dolor, Luz María Barriento aseguró que el joven de 27 años de edad, nunca había dado señales de depresión ni tenía enemigos, por lo que pide justicia.
«Me cansé de llamarlo y ninguno de los militares cogieron el teléfono, me lo mataron como un animal. Mi niño no tenía enemigos ni aquí ni en ningún lado, pregúntenle a los vecinos. Mi hijo era un ejemplo, nunca lo maltraté porque no se lo ganó», dijo la fémina desconsolada.
«Ellos lo estaban esperando, Edwin no se suicidó (…) Edwin no sufría de depresión ni de nada«, agregó Jogeidi Matos, esposa del fallecido.
Los familiares sostienen que su pariente no portaba arma de fuego, debido a que era «escribiente».
«Un disparo en la cabeza del lado izquierdo, donde él era derecho y estaba desarmado… Ellos alegan que él le quitó la pistola a un policía, pero ¿Cómo tú le quitas la pistola a un policía y te da un tiro, dizque que está cansado?», expresó Jean Carlos Jiménez, hermano del agente.
Los restos del raso, quien dejó un niño en la orfandad, eran velados este lunes en su residencia ubicada en el sector Valiente, del municipio de Boca Chica.
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