El país no tiene con qué pagarle a la doctora Miriam Germán Brito en su condición de procuradora general de la República en compañía de los procuradores adjuntos Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, junto a un grupo de valiosos magistrados que a expensas de sus vidas familiares y sociales, y hasta de su salud, llevan a cabo la mayor cruzada, en toda la historia de la nación, a favor del adecentamiento del país en base al sometimiento a la Justicia de quienes amparados en posiciones públicas o cercanía al poder político hicieron una piñata de los fondos del Estado.

Esta titánica lucha genera tensiones que pueden conducir a malos entendidos procedimentales que deben manejarse reconociendo siempre la jerarquía de doña Miriam y su vasta experiencia en el campo judicial, con una tasa de té o de café de por medio, evitando el intercambio de oficios que maliciosamente se filtran, dando pie a especulaciones de sectores muy poderosos que a través de las redes y medios, que se prestan a ello, buscan dar la sensación de que los máximos representantes del Ministerio Público están en contradicción, pretendiendo con ello debilitar la lucha contra la corrupción, uno de los mayores logros del pueblo dominicano.

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