A modo de reflexión

<P>A modo de reflexión</P>

Desde el Domingo de Ramos, la comunidad católica se entrega a la conmemoración de la Semana Santa, evocación de la vida, pasión y muerte de Jesucristo.

El asueto, por los naturales cambios sociales y económicos, ha perdido mucho del fervor religioso que le eran propios en el pasado siglo.

Hoy son muchos los que dedican los días vacacionales al disfrute de los espacios que la Naturaleza ha puesto al servicio de los mortales. El ocio se convierte en su mejor aliado.

Esta Semana Mayor encuentra sin embargo al mundo inmerso en una crisis económica y financiera, de consecuencias aún indefinidas.

Las grandes industrias manufactureras de Estados Unidos y parte de Europa atraviesan por dificultades nunca antes vividas.

Naciones pequeñas y dependientes, como la nuestra, sentirán indudablemente los efectos de las tormentas externas.

De hecho, ya percibimos cómo se producen cambios en los hábitos de consumo, y se prevé una migración de estratos altos hacia un mercado que por mucho tiempo estuvo al exclusivo servicio de niveles poblacionales de bajos ingresos.

Las crisis económicas y financieras no discriminan.

En el país debemos aprovechar los días de asueto, cuando la ‘chercha’ estará en descanso, para reflexionar sobre nuestras acciones, racionalizar gastos.

Si nos tomáramos la molestia de revisar lo que ocurre en el mundo, sometido a fuertes presiones de las tambaleantes finanzas, podremos ver claramente que el horizonte se oscurece.

Hay que actuar con sentido de urgencia, responsabilidad y sacrificio personal.    

 

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