El Bam es una fórmula
de éxito y muy dominicana.
Muchas veces no emplearla
genera malas caras.

La diferencia es notable
se refleja en las miradas
del tumba polvo que rinde
pleitesía interesada.

El Bam viene de bulto
también de allante y movimiento.
Si es usted licenciada
le hacen un monumento.

Le doctoran en un semáforo
como si fuese tan fácil
cualquier limpiavidrios le otorga
ese título a modo grácil.

Es que por congraciarse
se hace lo que sea.
Diga un nombre rimbombante
y le consiguen lo que quiera.

Esa actitud dañina,
servil y condenada
se nos pega como cadillo
fue en el himno criticada.

No hay respeto a la persona
sólo miedo al poder.
Vea la diferencia en el trato.
Note el antes y el después.

Llegue a una empresa privada
y no diga quién es su padre
serán muy amables luego
si de ejecutivo lleva sangre.

Despeguemos poco a poco
esa indeseable conducta
que no nos deja avanzar,
nos deja como masa bruta.

Si queremos avanzar
debemos tomar en cuenta
que el desarrollo empieza
en esfuerzos y cabezas.

Queremos cambiar y lograr
lo que países desarrollados,
no lo haremos jamás
pensando tan atrasados.

Si una idea le cruza
de un mejor accionar
es de tonto y haragán
olvidarla y dejar pasar.

* La autora es periodista.