A Neus Sicart “In Memoriam”
Esta entrevista fue realizada hace 30 años

<SPAN><STRONG>A Neus Sicart “In Memoriam”</STRONG><BR>Esta entrevista fue realizada hace 30 años</SPAN>

POR MARIANNE DE TOLENTINO
Ahora, cuando se ha rendido un justo tributo a la memoria de Neus Sicart con la propuesta en circulación de un libro escrito por María Ugarte y Montserrat Prats, recordamos más que nunca a esta valiosa personalidad y amiga, a esa ejecutiva e investigadora cultural,  a una gran artista.

Pensamos muy a menudo en ella y en su trágico destino, mirando dos esmaltes de su autoría que contribuyen a hermosear nuestra casa. En homenaje a Neus queremos publicar una entrevista que le hicimos hace 30 años, antes de que expusiera por primera vez.

 Esta larga conversación con Neus Sicart nos aportó datos valiosos acerca de un trabajo apasionante y de inquietudes cuyas respuestas muestran que a partir de métodos tradicionales ella se lanzaba libre por caminos originales.

Pregunta: ¿Cuándo empezó usted a trabajar los esmaltes y dónde aprendió la técnica?

Repuesta: En 1968. Seguí tres años de enseñanza intensiva  -normalmente la carrera dura cinco años en esta sola especialidad- en la Escuela Massana, de Barcelona; claro, también recibimos clases de dibujo, decoración, estabilización, historia del arte…

 P: ¿Quiere usted describir el procedimiento empleado para realizar esmaltes, si no permite una técnica  de tan largo prendizaje?

R: Bueno, al menos trataré de hacerlo con la mayor claridad posible… Se recortan las formas deseadas en una plancha de cobre; para la joyería, el metal de base es oro o plata.

La base se  debe desengrasar cuidadosamente. Luego, para que puedan fijarse los colores, se aplica sobre el metal una capa de “fundente”  , una suerte de esmalte casi transparente, y por detrás se pincela con un “contraesmalte”, que es una sustancia cristalina. Se coloca la pieza así preparada en un horno- ¡ la temperatura se eleva a 1200 grados! -durante 7 a 10 minutos. 

 Una vez enfriada, se puede proceder a la primera aplicación de colores. La  pieza se hornea después de cada aplicación; generalmente la operación se repite cuatro veces, hasta siete en algunos de mis cuadros.

 Se trata de una fase muy delicada; con la cocción, los tonos cambian… Los colores se distribuyen de distintas maneras; esfumados, espolvoreados, chorreados.

P: Nos parece que no hay una sola técnica, sino varias…

R: Ciertamente, los esmaltes se preparan de distintas maneras. Según el modo de aplicación, distinguimos los “chamlevés” -la cavidad tallada según el motivo deseado en la chapa de metal progresivamente del polvo de color.

 Los “cloisonnés”  requieren mucha habilidad: sobre el metal, especialmente preparado, se fijan reducidos “tabiques” de metal,  también alveolas cerradas donde se deposita el color.

Tenemos los “pintados”, con aplicaciones múltiples de colores, entre los cuales se destaca el “Limoge”s -azul y blanco solamente.

P: Vemos que usted incorpora a los esmaltes pedazos de metal y trozos de piedras o cristales, ¿será para comunicar una mayor fuerza expresiva?

R: Procedo a interpolaciones de metal y a incrustaciones de vidrio- Murano, por ejemplo. Así voy creando mi propio estilo. Ahí encuentro una satisfacción absoluta y nuevas facetas.

P: Si se puede vislumbrar alguna  inclinación en sus obras, ¿no siente  una particular admiración hacia Miró y Artigas en sus cerámicas?

  R: Claro que sí. Es más, le puedo decir que Artigas fue profesor mío. Sus motivos maravillosos  recuerdan paisajes y un frescor infantil.

P: ¿Cuáles piezas confecciona usted?

R: Ceniceros, placas, bisutería, pero sobre todo, me interesa hacer cuadros.

P: ¿No había presentado algunos en la proyectada Bienal del Ayuntamiento?

R: Sí, sometí tres, y los tres fueron aceptados ¡Qué alegría! Adopté entonces mayores dimensiones, ensamblando varias placas, ya que mi horno es pequeño.

P: Obviamente, usted prefiere la abstracción.

R: Tuve una primera etapa figurativa, y me sentí limitada en la creatividad.

Ahora  las texturas, formas y colores reflejan estados anímicos, impresiones y emociones. Siento inspiraciones e impulsos nuevos. Para volver a la creación de objetos, me gustaría realizar en esmalte la parte superior de una mesa; cuando tenga mi casa.

P: Me imagino que tiene proyectos.

R: Estoy trabajando muy seriamente para la preparación  de una exposición. El único inconveniente es de tipo material; aquí no se consiguen los principales elementos, y resulta cara la importación. Un producto imprescindible es el ácido nítrico, que no se puede comprar sin un permiso especial.

P: ¿Por qué no enseña la técnica?

R: Me encantaría, pero necesito condiciones muy precisas para hacer una labor de enseñanza que valga la pena.

Nuestra entrevista concluyó con unas últimas miradas hacia aquellos esmaltes de una increíble riqueza cromática. Nubosidades blancas acarician degradados verdosos que se esfuman hacia el gris o estallan en amarillo, mientra el rojo introduce una luminosidad interior, y bajos relieve de metal destacan ritmo y volúmenes, volutas y triángulos, anillos  y espirales, ovalados, en cobre o en piedras, exacerban la vida y los matices brillantes que apresan las incrustaciones en sus tenues redes policromadas, donde irrumpen manchas y nervaduras, juego de luces y de colores.

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