¡A palo limpioooooo!

¡A palo limpioooooo!

Ringggg –interrumpe mi teléfono y Píndaro, mi alter ego, se apresura a tomarlo-… “Aló, ¿con quien hablo?” –cuestiona-… Una voz extremadamente conocía por mi es quien exclama: “Píndaro, ponme a Herminio, por favor”… Es mi esposa Carmen Rosa, quien, una vez me pongo al teléfono, exclama: “¡Tienes que llamar a Montserrat para que te dé una visita guiada a la expo de su papá en el Museo Bellapart!”… Luego de agradecerle su iniciativa, me comprometo a ello, y, no han pasado unos quince minutos, cuando localizo a Montse, a quien nos une una gran amistad… Unos días después, ese deseo se ha visto cumplido… Ha sido una hora dedicada a descubrir la esencia de su padre y el por qué hoy merece cada vez más nuestra mayor admiración y respeto por su obra.

“Son las 9 y treinta de la mañana… Ya estamos rumbo al cuarto piso del museo y no puedo disimular que el corazón me late con todas su fuerzas –expresa Herminio-… Justo al abrir las puertas del ascensor, una voz de muy servicial nos invita a pasar, mientras Montserrat inicia su orientación de lo que ha representado para ella un tributo a los cien años que estaría cumpliendo su padre, y al legado dejado a nuestro país por él… Una de las paredes nos recuerda que, mientras impartía docencia, su presencia en la escuela de arquitectura de la UNPHU creó una atmósfera mágica, encontrándose en una generación talentosa… Sus alumnos crearon sueños que hicieron realidad más adelante en sus vidas… El impacto de las primeras obras expuestas me confirmó que fue un hombre que aprovechó al máximo las formas de los troncos que caían en sus manos… Se abrazó a la naturaleza de sus diferentes tipos de madera para darle vida… la usó aprovechando sus vetas, sus nudos, sus granos y su forma natural… Sin embargo, según nos reveló la visita, descansó y vivió una filosofía basada en el dibujo como punto de partida para una creación y, así lo conceptualizaba y expresaba a sus estudiantes… De un boceto que pasará a la historia, nació su gran obra ‘El bosque’, que permanece viva y latente en los pasillos que rigen el caminar de aquellos que buscan en el Museo de Arte Moderno descubrir su interior artístico”.

Puede leer: La cultura en su laberinto: cómo la ley quiebra el turismo cultural (2 de 2)

Píndaro, que no pierde el tiempo para meter la cuchara, agrega emocionado: “Esa pieza de caoba debe pesar unas 200 libras… veo que el cariño de don Toni ha permitido que hoy tenga vida propia gracias a él… El manejo de la madera fue su vida, porque supo aquilatar que ella es un ser vivo… El guayacan que vemos en nuestras carreteras en forma de morteros decorativos cuyo peso es increíble, fue perseguido por este maestro del arte hasta llegar a un acuerdo espiritual con él y hacer que sus contornos se convirtieran en impactantes piezas, enriquecidas por la creatividad de sus manos prodigiosas… Fue capaz de crear una obra maestra ¡a palo limpio!”

Herminio, que ha estado admirando cada pieza exhibida, camina por ese deslumbrante ambiente de arte y, al mirar hacia uno de los lados, encuentra una pieza con pátina aplicada –color aplicado a la madera-… “Trabajaba magistralmente con esta técnica –exclama-… Su espíritu creativo estaba tan profundamente asido a su ADN que, luego de investigadas la propiedades del cemento, también utilizó este material con una envidiable maestría legando obras de tamaño monumental, algunas de las cuales aún permanecen en los ambientes para los cuales él las creó”.

“Y siempre debemos recordar –señala Píndaro-, otro de los productos acariciados con esmero por don Tony: el mármol de Samaná… Si visitas el museo, vas a encontrarte con ese producto tan finamente pulido que a simple vista se transforma en jade pero que, al tocarle, te impacta su naturaleza real como mármol verde”.

Es Herminio quien exclama: “Estas obras en el Museo Bellapart nos recordaron que uno de los trabajos más impactantes de este maestro del arte está localizado en el centro de la ciudad capital, con la impactante ‘Estatua del Inmigrante’, comisionada por don Pepín Corripio, que resalta el valioso aporte de aquellos que, como el propio don Tony, se vieron forzados a venir muy jóvenes desde su natal España y han aportado grandemente al crecimiento de nuestro país… La trascendencia de esta obra es tan importante que una réplica de ella fue enviada por don Pepín a su pueblo natal en España”.

“Esta muestra también nos recuerda el amor de este inmenso artista por nuestro país, a través del diseño y creación de la caja que conserva la imagen de la Virgen de la Altagracia, colocada en la basílica de Higüey, en cuyo interior hay una plancha de plata pura, traída por él desde Méjico para ello… Hoy, de 75 piezas de Prats Ventós que son un tesoro del Museo Bellapart, puedes vivir una muestra de ellas en ‘Un itinerario en tono mayor’… ¡Cien años después! –exclama Herminio… Una exposición didáctica en la que se pone de manifiesto ‘el arte público’ que fue ampliamente dominado por esta gran escultor –y, así lo dijo siempre-… ‘Yo pinto, para descansar de todo el trabajo tan duro dedicado a la madera y, en parte, al cemento’… ¡Es impresionante como su pintura derrocha color y perfecto equilibrio de composición, siempre proyectando alegría en sus trazos!”.

Más leídas

Publicidad