La mayoría de la gente piensa que la velocidad del viento es el mayor riesgo relacionado a los huracanes, pero las inundaciones han causado más daños que cualquier otro riesgo asociado a las tormentas, siendo esta una de las principales amenazas que traen consigo estos fenómenos naturales.

Dependiendo de la frecuencia, cantidad y duración de la lluvia los suelos se pueden saturar, es decir, que la capacidad de absorber más agua se ve limitada y se acumula en la superficie del suelo. Esta condición puede provocar un aumento del nivel del agua en una zona determinada y a la vez producir el desbordamiento de ríos y cañadas.

Las inundaciones matan a 100 personas cada año en los EE.UU., junto a un sinnúmero de heridos. Más de la mitad de estas muertes y lesiones se producen en la carretera. Muchas de estas muertes y lesiones se pueden prevenir siguiendo las normas básicas de seguridad.

Evite conducir en zonas con riesgo de inundación. Si en su trayecto se encuentra con la carretera cubierta por el agua a causa de una inundación, no se arriesgue y devuélvase, un mal cálculo le puede costar la vida. Se ha demostrado que una corriente de agua con sólo una profundidad de 12 pulgadas (30 cms) puede arrastrar un vehículo pequeño, mientras que una corriente de agua de 24 pulgadas (aproximadamente a la altura de la rodilla de un adulto) puede arrastrar a la mayoría de los vehículos. Nunca es seguro conducir o caminar en las aguas de una inundación, le podría arrastrar y perder la vida.

Durante esta temporada de huracanes siga el consejo de las autoridades y utilice el sentido común para evitar el ahogamiento o daños a sus propiedades causados por las inundaciones.
La temporada de huracanes finaliza el 30 de noviembre.