El director del Instituto Nacional de Patología Forense, Santos Jiménez expresó ayer su preocupación por el problema que causa a esta entidad los cadáveres que no son reclamados, porque ellos deben enterrarlos y les conlleva un gasto de ocho mil pesos, y a veces tienen hasta diez cuerpos.
Dijo que a Patología llevan cadáveres por muertes naturales de indigentes, con trastornos mentales, desconocidos y extranjeros que fallecen en las calles, y que deben agotar un proceso para que los familiares los reclamen.
Indicó que en el caso de los extranjeros notifican a su embajada, y con los de aquí envían los datos al Departamento de Desaparecido de la Policía y a la Procuraduría General de la República.
En la notificación envían fotografías del rostro, de marcas o señas que puedan servir para identificar, huellas y un expediente del levantamiento.
Cementerio. “Luego de agotar el proceso si no es reclamado en un tiempo prudente remitimos esos cuerpos con una comunicación al cementerio con la observación de ser inhumados en un nicho independiente, correctamente identificado para que en el momento que la familia identifique el cuerpo no importa la fecha puedan localizar la tumba”.
Detalló que por cada cadáver deben pagar impuesto al cementerio, mandar hacer un nicho, comprar el ataúd y el transporte.
Mencionó el caso de un búlgaro, quien murió de forma natural en una zona turística, y el cadáver llegó a Patología en abril pasado, pero en el país no hay representación consular de su país, tuvieron que agotar el proceso por internet y enviando el papeleo a Cuba, donde hay una embajada.
Dijo que les han enviado más de diez correo, pero aún nadie lo reclama.
Indicó que como mínimo duran un mes con los cadáveres o depende del estado de descomposición o la disponibilidad de espacio.
Denuncia. Sobre la denuncia del patólogo Sergio Sarita que hay una mafia en Patología Forense de extorsionar familias que han perdido un pariente de forma violenta y que para realizar la autopsias a tiempo les cobran, Jiménez dijo que no aplica para ellos porque no trabajan con muertes violentas.