A pesar de altas inversiones 
Sector energía rezagado 

A pesar de altas inversiones  <BR>Sector energía rezagado 

El tortuoso camino hacia la recuperación y la estabilidad del sector eléctrico, al parecer seguirá siendo difícil de recorrer en los años por venir,  y aunque el Estado ha invertido cuantiosos recursos en pequeñas, medianas y grandes hidroeléctricas, los escollos por superar en el sistema energético seguirán latentes.

Si ha habido en menor o mayor escala planificación, supervisión y mantenimiento en las vetustas y nuevas hidroeléctricas, las estadísticas muestran que del total de la potencia instalada de 518.6 megavatios, éstas sólo ofrecen al sistema nacional el 15%, en ocasiones, y la mayoría de las centrales, de un total de veintidós, operan seis horas al día.

Eso demuestra que no se han cumplido a cabalidad las fórmulas que han propuesto los técnicos para evitar que la sedimentación y la falta de mantenimiento en las hidroeléctricas ocasionen su deterioro.

En la actualidad estas centrales generan entre un 8 y un 10% de la energía que requiere el país, debido a la sequía y al fenómeno del Niño, que se ha empezado a desarrollar, lo que en términos comerciales significará menores ingresos para las empresas hidroeléctricas.

Impacto de las hidro. Las 22 principales hidroeléctricas no aportan el volumen que se requiere de su capacidad instalada, por lo que las cuantiosas inversiones que ha hecho el Estado en grandes obras hidroeléctricas para ahorrar  combustibles y divisas de muy poco han servido.

Las hidroeléctricas de Jigüey, Aguacate, Valdesia, Pinalito, Monción, Río Blanco y Rincón fueron diseñadas para producir no más de 4 a 6 horas de energía en las horas pico, a máxima capacidad, mientras que fueron construidas para operar de forma continua Sabana Yegua, Hatillo, Sabaneta, López-Angostura, Jimenoa y el contraembalse de Monción.

No obstante, la mayoría no cuenta con las características técnicas para operar a tiempo completo, por lo que no ahorran la cantidad de divisas para hacer las inversiones en nuevas infraestructuras del sector energético.

En agosto de 2009, el presidente Leonel Fernández inauguró la central hidroeléctrica Pinalito, construida con una inversión de US$300 millones, ubicado entre las provincias Monseñor Nouel y La Vega.

Aunque con una capacidad instalada de 50 megavatios y con una previsión de ahorro de US$20 millones, expertos señalan que hasta el momento esta central solo trabaja con una de sus dos turbinas porque el nivel de estiaje está por debajo y aporta 25  megavatios.

La producción media anual del parque de generación de  las hidroeléctricas ronda entre 1,500 y 1,600 gigavatios, y la capacidad de generación dependerá de qué tan seco o húmedo sea el año.

Comercialización.  La crítica situación energética del país radica, entre otros aspectos, en que la electricidad que facturan las generadoras a las distribuidoras mensualmente alcanzaron entre US$100 y US$110 millones en 2009, registrándose un déficit por ese concepto sin sumar las pérdidas que ocasionaron los contratos con los generadores privados (IPP).

Ese año las distribuidoras de electricidad del Sur, Norte y Este compraron alrededor de US$900 millones en energía a los generadores y cobraron  US$640 millones, promediando cada mes US$80 millones.

Las pérdidas técnicas y no técnicas elevadas, así como el alto costo de generación y la cultura del impago de la factura eléctrica han provocado por décadas un déficit financiero y una baja calidad del servicio.

A diciembre de 2009,  doce de las empresas a las que la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID) suministra electricidad adeudaban unos RD$4,534 millones, equivalente a más de US$120 millones.

 En  vista de que las transferencias al sector dependen en mayor medida de la disponibilidad financiera del Ministerio de Hacienda, que de los requerimientos que se tengan a los fines de proyectar los incrementos mensuales en la deuda con los generadores privados, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) asumirá como constantes las transferencias del Gobierno para  2010.

La situación en que se encuentran las distribuidoras de electricidad no es la más favorable, ya que entre los escollos que presentan está el elevado precio a que compran la energía, debido a la alta dependencia de la generación en base a diesel o fuel oil.

Otro inconveniente es que mantienen contratos a muy largo plazo y con fórmula de indexación que penaliza el costo mientras más elevado es el precio  del petróleo, el que se cotiza a US$75, además de la ausencia de planificación a largo plazo y la incapacidad de controlar el fraude por parte de una buena cantidad de los consumidores.

La CDEEE y sus retos.  Como una forma de tratar de enderezar el camino hacia la sostenibilidad del sector, el Poder Ejecutivo dispuso a principios de enero pasado, mediante el decreto 923-09, que la CDEEE encabece y coordine todas las estrategias, objetivos y actuaciones de las empresas del ramo de carácter estatal.

También establece que  corresponderá a la CDEEE, a través de su Consejo de Administración, la preparación y aprobación de la Estrategia Integral de Desarrollo Eléctrico Estatal (EIDEE), mediante la cual se fijarán los lineamientos generales y las políticas integrales para el desarrollo del sector a corto, mediano y largo plazos. La recuperación a corto plazo dependerá de acciones bajo el control de las empresas del sector y del Gobierno, principalmente del éxito del programa de reducción de pérdidas y aumento de la cobranza.

Los problemas más acuciantes del sector están íntegramente relacionados con el círculo vicioso de la crisis financiera de las empresas de distribución, falta de inversión, incumplimiento en el pago de la compra de energía, mala calidad del servicio  y tarifas altas.

Otros puntos desfavorables que impactan a la industria eléctrica  son la fuerte dependencia de derivados del petróleo para la generación y la vulnerabilidad de los costos de generación a la volatilidad y altos precios del crudo.

El país gasta unos US$1,000 millones anuales para cubrir  costos del mercado eléctrico, sin invertir en solucionar el problema

Técnicos estiman que en los próximos años se necesitará inyectar al sector US$3,500 millones para aumentar la capacidad instalada, fortalecer el sistema de transmisión y  expandir las redes de distribución. 

La cifra

36.67

Por ciento. Es el mayor  porcentaje correspondiente a combustible No. 6 en la composición del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado en la generación por tipo, mientras que en segundo lugar se ubica combustible No. 2, con 21.07%; hidro, 14.81; gas natural, 17.54 y carbón, 9.91%.

Zoom

Generación

La incorporación al sistema eléctrico nacional de más de dos mil megavatios provenientes de generación hidroeléctrica, plantas de carbón y una red de transmisión de 345 mil voltios, constituyen  algunas de las alternativas que ejecuta la CDEEE para ofrecer  respuesta al problema energético. Entre los proyectos se encuentran las hidroeléctricas Manabao-Bejucal-Tavera, en La Vega; la Diferencia, en Santiago, así como la Red de Transmisión Eléctrica Santo Domingo-Santiago y la construcción de las plantas de carbón que estarán ubicadas en Azua y Montecristi, a un costo global de US$2,117.7 millones.

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