A pesar de la crisis financiera mundial, se está vendiendo arte

A pesar de la crisis financiera mundial, se está vendiendo arte

Las grandes casas subastadoras de obras de arte, como Christie`s, y otras de gran importancia, Sothebys, por ejemplo, son emporios empresariales que no escapan –todo lo contrario- a las reglas del mercado y que en la actualidad están sufriendo la embestida de la reciente crisis de los mercados bursátiles de Wall Street, extendida en efecto dominó, como señalan los expertos económicas a las grandes capitales mundiales.

Pero, estas empresas y experimentados empresarios del arte contemporáneo, tienen asesores y expertos que les convidan a invertir y continuar desarrollando su mercado. Trataremos de sintetizar las razones que entendemos en la actualidad estos aplican, basándonos en un breve análisis del intranquilo mercado de arte actual.

La revista Blomberg, líder para expertos en finanzas, señala que es en el mercado del arte contemporáneo,  y a través de las subastas donde los indicadores económicos señalan  altos niveles de crecimiento, citan específicamente a China, India y Rusia, como países de grandes adquisiciones. Añade, la firma Boston Consulting, que  “en los próximos cinco años, el patrimonio de millonarios chinos subirá un 14%, y el de los indios o hindúes, un 11%”.

Lógicamente se preguntan: ¿Hay una razón para este frenesí, este mareo de belleza, dinero y seducción, o es una locura?

Consideramos  que el peso  económico  y financiero  de una obra de arte, recorre  toda  una trayectoria desde  que  sale del  taller del  artista como  un producto de valor  excepcional   que  va  tomando plusvalía  a través de toda  su historia, y que  esa  historia es la que le va  dando  a cada obra una identidad, una identificación y reconocimiento por los profesionales del arte, galeristas y coleccionistas que están a su acecho.

Por  lo expuesto, desde hace un  par de años llevamos  al conocimiento público un ensayo  reflexivo  sobre el “Valor y valorización del arte”, a través  una  serie  de conferencias  que  atrajeron  buen público en el Centro  León de  Santiago de los Caballeros,  y en el salón de conferencias   de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), con la  asistencia de  muchos intelectuales, empresarios y académicos que se entusiasmaron con el tema, y se motivaron y comprometieron a impulsar la esperada Ley de Mecenazgo, y a comprar o adquirir obras de arte a nuestros artistas.

Dentro de  estas  propuestas, las  subastas  son  fundamentales, porque   seriamente  curadas, potenciadas  y  protegidas  por la  ley, ponen  a  circular obras de excepción, que  lanzadas  al mejor o a un buen  postor  sacan el precio  que el eventual  dueño está dispuesto  a pagar.

De esto se trata, debemos intentar que las personas pudientes diversifiquen su cartera con inversión especializada en arte. Las  subastas, son circunstancias extraordinarias de compra  para obras de  excepcional  valor visual.

En otros países, con crisis o sin ella, cada vez más inversionistas, no sólo los coleccionistas especializados, están prestando atención al arte y les dan  la vuelta  a las  mayores  subastas del mundo  donde entablar  abiertamente  mecanismos de inversión y especulación por medio de  la producción  artística  contemporánea.

 El arte se ve cada vez más no sólo como una imagen bonita, sino también, como un activo que puede generar una buena recompensa. De hecho, varios bancos importantes y otras organizaciones están comenzando a ver el arte como una clase alternativa de activos muy parecida a las acciones, los bonos y los bienes raíces.

La razón es que el arte puede impulsar los rendimientos de una cartera y reducir los riesgos. Durante años los bancos privados, como los dirigidos por J.P. Morgan Chase & Co., Citigroup Inc. y Bank of America Corp., de Estados Unidos de Norteamérica, han ofrecido a los clientes acaudalados interesados en el arte varios servicios que les ayudan a conformar sus colecciones, incluyendo investigación de mercado. Sin embargo, no veían el arte como una clase de activos para diversificar una cartera de inversiones. Ahora, cada vez más, fondos de inversión de arte intentan ofrecer a los inversionistas la oportunidad de adquirir una participación en una cartera de obras de arte, de manera similar a una cartera de acciones.

El cambio hacia el arte es una señal más de que los inversionistas están redistribuyendo el dinero de sus carteras. Ahora buscan alternativas tan diversas como las obras de arte. Sumándose a su atractivo, el arte ha demostrado tener una baja correlación con Wall Street, lo que significa que los precios no se mueven en función de las acciones, con lo que reduce el riesgo de una cartera.

En  República  Dominicana, llegaremos  a este  nivel  cuando  se entienda  que  el arte  es un instrumento  y un vector  de valor  bancario y financiero, por  esta  razón,  a pesar  de la falta de experiencia  y cultura de  subastas, todo intento que se vaya  haciendo en ese  sentido es un paso más  para  ir  logrando una relación  real  del valor y del precio del  arte  que no puede se  seguir  midiéndose  por pulgadas de la obra.

La subastas son  auténticos  mercados  del  arte, en los que se mide un precio de  arranque  al valor  añadido  por  aquel  que puja  defendiendo su criterio de valor especulativo y financiero, enfrentado  al coleccionista que ve la oportunidad  de adquirir una obra  que intentó  comprar en varias  ocasiones, entonces  se  establece una  extraordinaria  presión sicológica  que  mide  el precio  financiero  al precio  emotivo, momento en que las  subastas se convierten  en auténticos  espectáculo que  valen la pena disfrutar y participar.

Retrotrayendo el tema a Santo Domingo, aprovechamos para anunciar que el próximo  25  de noviembre, el galerista, coleccionista y empresario, Juan José Mesa,  director de Mesa Fine Art, y del periódico “Mirada al Arte” tendrá su Subasta de Arte del Caribe.

Como observarán, las subastas son actos públicos organizados por empresas especializadas donde se pone a la venta un conjunto de bienes y se adjudican a la persona que paga por ellos después de un proceso de competencia, el precio más alto, que se llama precio de remate. El procedimiento es complejo, y depende de las leyes o restricciones del país en el que se celebra la subasta, interviniendo en las mismas, y dependiendo del país donde se celebre, los impuestos deducibles, si las obras pueden ser sacadas del país de origen, en fin, de aspectos legales intrincados y muy específicos.

Como  información exclusiva  a nuestros lectores, en su subasta  del 25 de noviembre en curso,  Mesa  Fine  Art  expone obras contundentes  de Clara Ledesma, Domingo  Liz, Paul  Giudicelli, Antonio Prats-Ventòs, Gilberto Hernández Ortega, y  muchas  sorpresas  más…

En síntesis

Valorización del arte

Cada vez más inversionistas, con crisis o sin crisis en sus países, están prestando atención al arte y se dan sus vueltas por las mayores subastas del mundo para entablar mecanismos de inversión y especulación por medio de la producción artística contemporánea.

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