A pesar de Trump, “un futuro bajo en carbono”

A pesar de Trump, “un futuro bajo en carbono”

Sencillamente, el sector privado ya eligió un futuro bajo en carbono. Para las naciones que se han comprometido con este futuro, el Acuerdo de París abrió las compuertas de una inversión e innovación en alta tecnología en bajo carbono sin precedentes, impulsada por empresas, científicos e ingenieros. Y las naciones que permanecen en el Acuerdo de París serán las que cosechen los beneficios de los trabajos e industrias creadas». Expresiones del expresidente Barack Obama, firmante del Acuerdo de París, al conocer la decisión del presidente Trump de abandonar ese Tratado, que ayudan a entender la reacción de una buena parte de la comunidad económica estadunidense.

Al anunciarse la decisión presidencial los representantes de la industria del carbón saltaron de alegría porque con ella se estaban “apoyando los valores irrenunciables de EE.UU.”, se rescataban los empleos del sector y se promovía electricidad “confiable y de bajo costo para estadounidenses y el resto del mundo”. Rechazaron las regulaciones impuestas por Obama porque llevaban a “mayores precios de energía y dependencia de fuentes de energía menos confiables”. Trump considera que el “cambio climático” es una farsa y que los compromisos para reducir las emisiones provocarían la pérdida de 6 millones de empleos. Oídos esos pareceres sorprende la casi total reacción en contra de la decisión presidencial por parte de la comunidad empresarial norteamericana, incluyendo el sector energético – petróleo y gas – que se supone son los beneficiados. Grandes compañías del campo de los combustibles fósiles eran partidarias de permanecer en el Acuerdo, aunque tradicionalmente petróleo, gas y carbón aportaban la energía más barata, hasta 86% de la utilizada en el mundo. No obstante, petroleras como Exxon Mobil, Conoco Phillips, Chevron y hasta General Electric criticaron la decisión, a las cuales se unen Apple, Adobe, Google, Microsoft, Intel, Facebook, Gap Inc, Hewlett Packard, Levi Strauss, Salesforce, Morgan Stanley, Unilever, Starbucks y muchas, muchas más. Todas consideran que va contra la prosperidad norteamericana. También las productoras de alimentos como Kellogg’s y General Mills rechazan la medida conscientes que el cambio climático es real y afectará, si no ya, la producción agrícola. Buena parte de las empresas se preparan para lo que viene y han invertido en investigación y tecnología para adaptarse a un nuevo escenario bajo en carbono. Compañías de energía han invertido miles de millones en el desarrollo de fuentes limpias, sostenibles y baratas. Los costos a que están llegando la energía eólica, solar, hidroeléctrica son cada vez más económicos y atractivos. Walmart asegura en 2016 ahorró mil millones generando un cuarto de energía de fuentes renovables. Es una tendencia global; China invirtió, en 2016, unos 103 mil millones en energías limpias. El estadounidense Consejo de Defensa de Recursos Naturales estima que la retirada tendrá un costo de 271,000 millones para 2025 y subirá hasta 500,000 para 2050. Los líderes de Tesla y Disney renunciaron al Consejo de Asesores presidenciales.

Si retirarse del Acuerdo es tan bueno para la economía, ¿por qué tanto rechazo del sector económico?

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