Ayer aparecieron los resultados de dos encuestas sobre preferencias electorales: la de Gallup, en la portada de este periódico, estima que Danilo Medina tiene actualmente 48.7%, mientras que Hipólito Mejía alcanza 45.2%.  Entre ambos candidatos hay una estrecha diferencia de tres puntos y medio.  Otra encuesta, la de Greenberg, publicada por “Diario Libre”, concede a Medina 47% y a Mejía 46%.  La diferencia en este caso es de un sólo punto.  Ambas encuestas consideran la posibilidad de que haya una segunda vuelta electoral.  Si ocurriera esto último, según Greenberg, Medina podría ganar los comicios con 50%, frente a 48% de Mejía.

 Comparando los números de la encuesta Gallup de noviembre con la publicada ayer, se saca en limpio que Mejía ha descendido 2.6% y Medina ha subido 6.1%.  También se consigna que la tasa de rechazo de Hipólito Mejía es de 41%, en tanto que la de Medina es de 23.3%.  Estas cifras se refieren a las personas que “en ninguna circunstancia” votarían por esos candidatos.  Además, en preferencias de las mujeres el candidato del PLD lleva ventaja al del PRD.  Como puede apreciarse, a pesar de que Medina supera a Mejía en varios aspectos, las elecciones serán sumamente reñidas.

 Quiere eso decir que las declaraciones de Hatuey Decamps, en el sentido de que había “empate técnico”, no estaban lejos de la realidad.  No me compete examinar “la oportunidad” de dichas declaraciones, que ya han provocado críticas dentro del PRD.  Personas no muy bien enteradas de las intimidades de los partidos vieron con suspicacia que entrara un nuevo jefe de campaña, a tan pocas semanas de las elecciones presidenciales.  Aunque se anunciara que ambos directivos actuarían coordinadamente.

 Algo parecía estar andando mal. ¿O nuestro candidato baja o el adversario sube?  preguntaban algunos seguidores del PRD.  Las dos cosas han ocurrido.  Mejía gozaba de apreciable ventaja cuando Medina no había escogido compañera de boleta.  La disidencia de Miguel Vargas, la polémica interna iniciada por Julio Mariñez, no son factores favorables en una campaña electoral.  La perspectiva de recibir a Amable Aristy “con los brazos abiertos” persigue captar votos en Higüey.  Aristy, “desligado” de la Liga Municipal, tendrá menos “arrastre”.  Medina está muy cerca de ser presidente.