A PLENO PULMÓN

<P>A PLENO PULMÓN</P>

El oxígeno saludable

–Ya no me interesa tanto como antes conocer “el fondo de las cosas”; ahora prefiero quedarme en la “superficie de las cosas”.  Si mi padre pudiera oírme diría que me he vuelto tonto e irresponsable.  Pero la verdad es que cada vez que profundizo en algún asunto, termino exhausto y desalentado.  Me entero de aspectos ingratos de la existencia que tal vez hubiera sido mejor ignorar completamente.  El hombre me hablaba en tono confidencial y amable; parecía estar a punto de revelar algo importante; sin embargo, después de algunos rodeos, declaró: vengo a este lugar a mirar por el ventanal que da a la calle.

 –Me parece que si usted desea ver pasar a la gente por las aceras y contemplar el trajín del transporte público, puede hacerlo sin pedir excusas ni dar explicaciones. –Me gusta ver a las mujeres acelerar el paso cuando llueve para no mojarse; son tan graciosas al andar que producen alegría; es como si vieras un espectáculo de ballet.  Los cuerpos de las mujeres no son como los de nosotros; no se mueven de la misma manera.  No importa que sean viejas o jóvenes, que barran las calles, suban a un taxi o marquen el compás de una música.

 –¿No será que usted está cansado o no ha dormido bien en los últimos días? –No es eso; duermo perfectamente; si quiere decir que estoy envejeciendo, lo acepto sin ofenderme; pero tampoco se trata de vejez.  Los hombres tenemos la tendencia a “irnos por caminos vecinales”.  La mujer de la peluquería, la que arregla las uñas, tiene una explicación mejor que la suya.  Dice que debemos “respirar en la superficie”. –¿Hacia donde pretende llevarme con esto?

 –Ella cree que los viajes son buenos porque uno no conoce íntimamente los lugares que visita. ¿Sabe usted cuántas personas se están muriendo en una torre de veinte pisos? En las habitaciones de los apartamentos de las torres hay parejas felices y desdichadas; pero usted no lo sabe.  “El oxígeno saludable es el de la superficie”.  No escarbe demasiado; los delincuentes pululan a su alrededor sin que usted se de cuenta.  No trate de averiguar “el fondo de las cosas”.  Puede topar con muchos alacranes.

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