A PLENO PULMÓN

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Gustavo Cisneros, el conocidísimo empresario venezolano, preguntó al Presidente colombiano Álvaro Uribe si tenía intenciones de presentarse como candidato en los comicios del 2010.  Uribe contestó: “Lo veo inconveniente por perpetuar al presidente, porque el país tiene muchos buenos lideres, y en lo personal, porque no quisiera la amargura de que las nuevas generaciones me vieran como alguien apegado al poder”.  La pregunta fue formulada el pasado jueves, en Bogotá, durante un “foro empresarial” organizado por la revista británica “The economist”.

 El senado colombiano acaba de aprobar un proyecto de referendo para reformar la Constitución vigente y “abrir la vía a un tercer mandato”.  El Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ha renunciado a su puesto en el gobierno para inscribir su candidatura… “en caso de que Uribe se retire”.  Los colaboradores cercanos del Presidente dicen que las palabras de Uribe no son “una negativa tajante”.

 Lo cierto es que el Presidente Uribe ha trabajado con firmeza y buen éxito contra las guerrillas de las FARC y la violencia criminal, contra el narcotráfico y la desconfianza de los inversionistas.  Por todo ello, goza del apoyo de los colombianos.  La firma encuestadora Gallup estima que la popularidad de Uribe es actualmente una cifra superior al 70%.  Ninguno de los demás aspirantes a la presidencia de Colombia llega al 8%.  En cambio, “la intención de voto” a favor de Uribe alcanza el 59%.

 Los Estados Unidos, desde luego, respaldan a Uribe, no sólo por la eficacia de sus iniciativas políticas frente a los guerrilleros y paramilitares, sino también por la proximidad geográfica con Venezuela y las distancias enormes que separan su retórica con respecto a la de Chávez.  El periódico español El País reprodujo el sábado unas frases sobre las dudas de Uribe, quien declaró estar atravesando “una encrucijada del alma”.  Al mismo tiempo, Álvaro Uribe desea garantizar que Colombia “prolongue las políticas de seguridad democrática, de confianza inversora y cohesión social”.  El activismo del Presidente Chávez en Ecuador hace resaltar más la sensatez de Uribe y su enérgica voluntad.  Los últimos presidentes de Colombia, a pesar de “tantas buenas intenciones”, no pudieron revertir el deterioro de la vida civil de los colombianos. ¿Cuál camino tomará finalmente?

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