A PLENO PULMÓN

A PLENO PULMÓN

Esa frase la he oído mil veces.  La primera vez, siendo estudiante; la última, en el cumpleaños de un nieto.  Afirma, lapidariamente, que ningún gobierno podrá organizar la sociedad dominicana.  Es un juicio “definitivo” acerca de nuestra historia y un pronóstico para lo futuro.  Mi buen amigo y compañero de labores en la televisión, José Israel Cuello, dice: “Haití no coge suero”.   Insiste en que el “cuerpo colectivo” del país vecino no responde a ningún tratamiento médico.  “Esto no lo arregla nadie” es un diagnóstico parecido, aplicado a la República Dominicana.

La revista “Foreign Policy” ha difundido la idea de que muchos pequeños países tienen “estados fallidos”, instituciones públicas infuncionales.  Así como hay “tablas de salvación” a las que quieren asirse los náufragos, también existen “tablas de fallación”.  Son cuadros estadísticos que  expresan, matemáticamente, carencias institucionales económicas, políticas, educativas.  Un día “decretarán” internacionalmente que Haití y la RD son dos sociedades con estados fallidos. Si así fuera, podrían colocar un “aparato ortopédico” doble sobre  ambos países: fallidos del Este y fallidos del Oeste.

Es cosa bien sabida que a los miembros de la sociedad secreta La Trinitaria les llamaban burlonamente “los filorios”.  Los trinitarios usaban como distintivo una flor de Jazmín de Malabar, planta que denominan Filoria.  Algunos historiadores afirman que “filorio” es una manera sarcástica de decirle “filósofo”, soñador, teórico, a quien pretenda “arreglar”  entuertos.  En síntesis, la actitud implícita es: “el país no sirve; la gente no vale nada”.

Este camino conduce siempre a “la edad de las cavernas”.  Si los trinitarios son “filorios” inútiles e imprácticos, los hombres adecuados para gobernar serían los de la “época cuaternaria”, o sea, aquellos hombres capaces de romperle el pezcuezo a “cualquiera que se atraviese en su camino”.  A individuos como Trujillo, por ejemplo, no les tiembla el pulso para matar a palos tres mujeres, cuyos maridos mantenía recluidos en prisiones distantes.  Trujillo no era trinitario; era, en realidad, “cuaternario”. Para “arreglar esto” necesitaremos del espíritu de servicio de los “boys – scouts”, acompañado de estricta disciplina y rigurosa organización.  Ignoro si existen tropas de “seniors – scouts”; tal vez unos cuantos “seniors – scouts”, decididos, dejen en claro las muchísimas cosas que sí tienen arreglo en la RD.

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