–“Óyeme, tú eres periodista; hablas y escribes de asuntos políticos,  noticias económicas, de los escándalos administrativos. Lo mejor es que “lo cojas suave”.  Ven, siéntate aquí, con nosotros, con gente pobre; bébete un trago en esta barra llena de personas que te aprecian. ¡Carlitos! ¡Pon el trago de Gratereaux en mi cuenta! ¡Yo invito! Te voy a explicar lo que está pasando en este “país de mierda”.  Tu crees que la cosa es fácil; no; un horno caliente no es para galletitas”.

 –“¿Estás esperando a un periodista? ¿A un empresario?  ¿Una hembra? Antes de que te vayas, déjame aclararte algunos asuntos.  Es bueno que tú sepas que aquí puede pasar cualquier cosa. La calle es peligrosa; todos los días les parten el cocote a unos cuantos: en asaltos, tiroteos entre bandas, intercambio de disparos con la policía.  Hay que gozar la vida, que no se sabe cuándo acaba.  ¿Quieres un quesito manchego? ¿Algo de picar? ¡Lo que tú quieras! ¡Pide por esa boca! El gobierno tiene a todo el mundo en el puño. Gratereaux, no te hagas ilusiones, estos políticos son unos come-légamos; funcionan a base de cuartos”.

 –“Desde que tengo uso de razón estoy oyendo hablar “la misma vaina”. ¿Qué esto, qué lo otro! ¡Qué van a recoger las armas! ¡Que caerán presos todos los que estaban metidos con Quirino Paulino.  Pero eso es paja pa’ la garza.  Quirino ya arregló su asunto con los yankis.  Su familia se irá del país y le devolverán todo, dinero, propiedades; hasta la ropa se la pondrán en una maleta.  Ese caso se usa para meter miedo a militares y políticos bocones”.

 –“Te aconsejo que estés preparado para lo que viene. Compra dólares o euros y no creas en más nada. Haz igual que los finqueros ricos; construye un centro de acopio, un invernadero; no creas en va a llover, que “va a llover no moja”.  ¿Todavía no te han dado lo tuyo? Me dicen que publicaste un libro; consígueme un ejemplar.  ¿Te das cuenta? ¡El whisky es la mejor bebida! Antes de irte, confírmame una cosa: ¿Es verdad que tu dijiste que la política produce falsos amigos y verdaderos enemigos? Gratereaux, abráceme, usted es un gallo”.