A PLENO PULMÓN

A PLENO PULMÓN

Un problema de Estado

Hace unos pocos días fue asaltada la presentadora de TV Socorro Castellanos.  Dos hombres que transitaban en una motocicleta la golpearon para quitarle una cadena; la presentadora se lesionó al caer al piso y fue necesario darle dos puntos de sutura.  El suceso ocurrió al salir de la iglesia de San Judas Tadeo, en el Ensanche Naco.  No bien se difundió la noticia de este suceso, se supo que la esposa del humorista Cuquín Victoria también fue asaltada para despojarla de otra cadena.  Esta vez el asaltante penetró en la residencia de la señora, en el barrio residencial La Alameda.  El delincuente llegó al “lugar del suceso” en motocicleta.

El caso del humorista Nicolás Díaz, conocido como Margaro, resultó más grave.  Margaro fue herido con cinco puñaladas.  Un hombre sujetó al humorista mientras otro le clavaba el puñal; una de las puñaladas le perforó un pulmón.  Los desconocidos que agredieron a Margaro querían robarle; al ver que no llevaba dinero decidieron matarlo.  Gracias a Dios, fue atendido a tiempo y, pese a una recaída, podrá recuperarse totalmente.  Los hechos de violencia en la RD van en aumento.  Todos los días los periódicos registran “hechos de sangre”, algunos de ellos truculentos.

En la edición de ayer del diario “Hoy” aparecieron muchas noticias penosas de esta clase.  Una niña de cuatro años de edad, Anyelis Reyes, murió a consecuencia de herida de bala en la cabeza.  El culpable, un hombre celoso que disparó contra su ex pareja, se suicidó poco después.  Pertenecía a la Unidad Swat del Ejercito Nacional.  En la página seis se reseñaron casos de violencia ocurridos en los barrios de Gualey, Guachupita y La Zurza.  El domingo pasado hubo una balacera entre bandas por “disputas territoriales”.  Los resultados finales fueron cinco muertos y seis heridos.

Los muertos: Nairobi Michel Lantigua, de once años; Lewin Tavares Núñez, de 25; Geuri Santos Flores, de 24; Isabel Ureña Rojas, de 41; Justo Francisco Montero, de 19; los heridos tienen edades que oscilan entre los 18 y 34 años.  En La Zurza los delincuentes actuaron encapuchados y vestidos de mujeres; usaron como “escudo” a la niña menor.  Este cuadro espantoso cubre un corto periodo. Un verdadero problema de Estado.

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