A PLENO PULMÓN

A PLENO PULMÓN

La situación económica del mundo es hoy muy complicada.  Hay países desarrollados con alto índice de desempleo; también existen gobiernos que no podrán pagar sus deudas en los términos acordados al contraerlas.  Los organismos financieros, en Europa y en los EUA, reclaman una urgente recapitalización.  El FMI, el Banco Mundial, aparecen en las noticias como instituciones “sanitarias” encargadas de suministrar “suero monetario” a las economías en mayores dificultades.  Las bolsas de valores experimentan pérdidas extraordinarias, en Londres, Nueva York, Tokio.  Los problemas del euro son tantos, que algunos economistas han pronosticado su inminente desaparición.  El dólar también sufre sacudimientos importantes: por el crónico déficit presupuestario de los EUA, por sus ataduras al comercio exterior con China.

 Los más destacados economistas del mundo tienen criterios encontrados acerca de la crisis actual.  Joseph Stiglitz, Paul Krugman –ambos ganadores del Premio Nobel de Economía-, han expresado opiniones pesimistas sobre el porvenir del “crecimiento económico global”.  Ben Bernanke, director del Sistema de la Reserva Federal de los EUA, no sabe cuándo terminarán los trastornos monetarios cíclicos que nos afligen.  Es un académico que ha estudiado detenidamente la depresión económica de 1929; ése fue el tema de su tesis doctoral.

 Con respecto a la crisis española, Stiglitz declaró que la ayuda de Europa al gobierno de Rajoy funcionaría como un acto de magia “vudú”.  Europa daría dinero a España para que “rescate” los bancos y los bancos, a su vez, puedan “rescatar” al gobierno. Stiglitz es un hombre inteligente y capaz, con larga experiencia como funcionario del FMI.  Conoció de cerca la famosa crisis de los países del Sudeste de Asia.  Es chocante que no cuente con los españoles mismos, con sus tierras, cultivos agrícolas y empresas de todo tipo; esto es, con una economía vacilante dotada de los elementos básicos para su reanimación. 

 Breñal fue palabra empleada frecuentemente por los cronistas de Indias para referirse a terrenos abruptos, llenos de zarzas espinosas, improductivas.  Se le llama berenjenal a una situación conflictiva en la cual quedamos atrapados. Por supuesto, en un berenjenal hay posibilidad de que encontremos berenjenas, unas frutas comestibles.  En un breñal no existe esa probabilidad. Deberíamos preguntar a Stiglitz: ¿estamos ahora metidos en breñales o en berenjenales?

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