A PLENO PULMÓN

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Rastreo de palabras 5

Don Emilio Tejera, al iniciar la “entrada” del vocablo “Quisqueya”, reproduce la afirmación de Pedro Mártir de Anglería: “Quisqueya es el nombre antiguo de la isla de Haití”. Y enseguida añade: “En varias ocasiones oí a mi padre expresarse en contra de lo dicho por el autor de las “Décadas del Nuevo Mundo”, y lo mismo a su hermano, Apolinar Tejera, quien escribió un artículo “Quid de Quisqueya” donde trata de rectificar lo dicho por Mártir.  Hecha esta advertencia, citaré entonces las diversas opiniones de los cronistas e investigadores como siempre lo he hecho en este libro”.  Después de este reconocimiento a sus familiares, ofrece informaciones de grandísimo interés.

“Alto, altura, es “queya” en shipibo, lengua propia de un grupo étnico de la amazonía peruana, según Steiner.  “Quisqueya” es la región oriental de la isla de Haití. Significa lugar de tierras altas. “Quis” (kis, tic), altas; “que” (ke), tierra; “ya”, por “yara”, sitio, lugar.  Esto afirma Cayetano Coll y Toste, historiador oficial de Puerto Rico, fallecido en 1930.  Coll y Toste, nacido en Arecibo, médico de origen catalán, murió en Madrid mientras realizaba investigaciones históricas.  El misionero Fray Ramón Pané, monje de la orden de San Jerónimo, quien acompañó a Colón en su segundo viaje, afirma: “Los naturales llaman “keskea” a la parte oriental de la isla”.

Fray Ramón Pané es autor del primer libro escrito en América: “Relación acerca de las antigüedades de los indios”.  Pané ayudó al padre Bernardo Boil en la primera misa celebrada en el Nuevo Mundo.  Obligatoriamente, para poder cumplir con su misión de “primer catequista”, tuvo que empeñarse en  aprender la lengua de los nativos.  Pané estuvo en América y habló largamente con los indígenas.  Pedro Mártir no estuvo nunca en las nuevas tierras, pero su obra alcanzó mayor difusión que la de Pané.

De esta primera crónica del Caribe dice Juan José Arrom: “Marca un hito en la historia cultural de América”, además de “constituir la piedra angular de los estudios etnológicos en este hemisferio”.   Otros cronistas aprovecharon datos de Pané: Pedro Mártir, en “Década I”, libro IX; también lo cita Las Casas: “vino cinco años antes que yo… de buena intuición… sabía algo de la lengua de los indios”.

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