A PLENO PULMÓN
Indignidad ordinaria

<STRONG>A PLENO PULMÓN</STRONG><BR> Indignidad ordinaria

El centenario del nacimiento del escritor polaco Czeslaw Milosz ha sido recordado ayer en el diario “El País”.  Con ese motivo, el ex-Ministro de Cultura de España  César Antonio Molina, le ha dedicado “La cuarta página”.  Milosz ganó el Premio Nobel de Literatura en 1980; escribió poesías, ensayos, novelas.  Alcanzó celebridad con una colección de ensayos titulada: “El pensamiento cautivo”.  En Europa hubo una época en que los hombres de letras estuvieron dominados por las ideologías políticas.  En Italia, los intelectuales fascistas teorizaron sobre el derecho y “las normas” de la creación literaria.  Los escritores participaban en una discusión polivalente, al mismo tiempo política, social, ideológica, artística.

Los regímenes totalitarios de Mussolini y de Hitler fueron barridos por la Segunda Guerra Mundial.  Entonces el mundo entero quedó “condicionado” por la Guerra Fría.   En varios países de Europa del Este se establecieron gobiernos totalitarios. 

El monopolio político de los partidos comunistas llevó esas sociedades al control de toda actividad cultural.  Artistas y escritores debían someterse a las “directrices” del Estado.  Esta es una historia de sobra conocida.  Junto con el “realismo socialista”, había que sufrir las policías secretas, los campos de concentración, las purgas ideológicas por “desviacionismo”.

 Milosz murió en Cracovia en   2004. Vivió el mundo de los nazis: centros de exterminio de judíos, cámaras de gas y crematorios; también represiones brutales en nombre del socialismo, de la revolución proletaria, del futuro del hombre.  Contra esa perversión redacta Milosz “El pensamiento cautivo”.  José Antonio Molina afirma que Milosz “se negó a que la tristeza y la falta de esperanza lo llenaran todo”.  No quiso ser “un intelectual útil que se somete a la censura y a los sindicatos editoriales, que teme pensar por si mismo”.

Hoy no padecemos políticas de “compulsión ideológica”, como hubo en Alemania entre 1933 y 1945; y en la URSS hasta 1989.  Pero los ciudadanos de nuestro tiempo, sean escritores o no, deben convivir con “turpenes” sin ideología, ni convicciones de ninguna clase.   Estos “depredadores netos” nos obligan a existir en “indignidad ordinaria” permanente, sin doctrina, ni “justificaciones”.  Czeslaw Milosz escribió en 1961 “Hombre entre escorpiones”, título apropiado para otras épocas y países, lo cual ratifica la universalidad del poeta polaco.

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