A PLENO PULMÓN
A romper el cerco

A PLENO PULMÓN<BR>A romper el cerco

Los artistas hacen descripciones de la vida actual en las ciudades con gran acierto gráfico y sentimental.  Un publicista cansado de trabajar,  quien regresaba a su casa a las ocho de la noche, decidió escuchar música barroca en su automóvil; cuenta que “bajo el efecto Vivaldi” recuperó la serenidad y la resignación imprescindibles para avanzar lentamente en una cola interminable de vehículos. 

Al levantar los ojos vio las luminarias blancas de las calles, el cielo nublado y “las estrellas locales” de la avenida Abraham Lincoln.  Cayó entonces en la cuenta de que millares de automóviles con faroles traseros rojos se desplazaban por todas partes como tortugas mecánicas.  El publicistas-ilustrador era un ciudadano más atrapado por la aglomeración del tránsito en “horas pico”.

Un periodista que trabaja en un programa de radio mira la ciudad de Santo Domingo desde una perspectiva distinta a la del publicista.  Cuando regresa a la casa este periodista comprueba que muchísimas personas “andan armadas con pistolas”.  Dice que la semana pasada subió a un taxi y, al sentarse, “lo clavó en las costillas la empuñadura de la pistola del pasajero de al lado”.  El dueño del arma pidió excusas y se acomodó la pistola de manera que no molestara al apretujado compañero de viaje.  En el barrio donde vive todas las casas tienen rejas en puertas y ventanas.  Los vecinos temen los ladrones, los adictos a las drogas y la presencia de la policía.

Empresarios, políticos, economistas, sociólogos, sacerdotes, estudiantes, podrían darnos, cada grupo a su manera, “versiones” de la vida actual en las ciudades dominicanas.  Cualquiera de esas maneras de ver las cosas incluye, como elemento anímico principal, un sentimiento de impotencia ante la criminalidad que nos rodea.  Esa indefensión general provoca: audacia en los delincuentes y crispación o paranoia en los ciudadanos. 

Cada día que pasa los ciudadanos adquieren mayor conciencia de que viven cercados de inconvenientes, de dificultades superables si hubiese coordinación, unidad de propósitos, liderazgo responsable.  Juntas de vecinos de algunos lugares se han organizado para atrapar atracadores o narcotraficantes; también para establecer “vigilancia confiable” o controlar la epidemia de cólera.  Es una “luz de esperanza” en la oscuridad.   Ellos han ido por delante de “las autoridades”.

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