A PLENO PULMÓN
Aire comprimido

<STRONG data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2009/12/BB073CAD-15B5-4E00-8FE5-D21A7448243C.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=370 data-eio-rheight=390><noscript><img
style=

El poeta mexicano José Emilio Pacheco acaba de ganar el Premio Cervantes; hace dos semanas recibió otro galardón por su obra poética: el Premio Reina Sofía.  Durante la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, Pacheco declaró: “no suelo hablar de política porque no quiero encender odios, pero la situación política de México es ahora extremadamente parecida a la de España en julio de 1936”.  Quiere esto decir, en vísperas de guerra civil.  En boca de un poeta esas palabras son intranquilizadoras.  También, en Guadalajara, la Fundación Santillana entregó al historiador cubano Rafael Rojas el primer Premio de Ensayo Isabel Polanco por su libro “Las repúblicas de aire”.

“Las repúblicas de aire” lleva como subtitulo: “utopía y desencanto en la revolución de Hispanoamérica”.  A Rafael Rojas le había sido otorgado en el año 2006 el Premio Anagrama de Ensayo por su obra “Tumbas sin sosiego”.  Entre los miembros del jurado estuvieron Xavier Rubert de Ventós y Fernando Savater.  Esta vez el jurado lo presidió el novelista Carlos Fuentes.  Rojas explicó al periódico El País que la revolución hispanoamericana fue “realizada por sujetos del antiguo régimen”.  Había, desde luego, gentes de todas las clases sociales.  “Los peninsulares y las castas, los criollos y los indios”.  Nos dice: “Bolívar comprendió que aquellas repúblicas estaban hechas de aire; el aire de las nobles ideas y de las cartas magnas convertidas en fetiches”.

Finalmente, nos recomienda: “no repetir el error de nuestros antepasados, pensando en la democracia como un sistema milagroso y autorreferente que, por sí solo, traerá equidad y desarrollo a nuestras naciones”.  Los ensayos de Rojas son escritos que tratan, al mismo tiempo, la historia social y la historia literaria.  Es un historiador de las letras y de las discusiones ideológicas montadas sobre la política.  En “Tumbas sin sosiego” el tema central es el pueblo de Cuba: la comunidad que marchó al exilio; y la comunidad que permaneció en la isla revolucionaria de Fidel Castro.  Son dos formas de ver la historia, de articular la memoria colectiva.

Cuba, la RD, son países con tradición dictatorial. Deberíamos leer cuidadosamente “Tumbas sin sosiego”.  Aprenderíamos cómo vivir “después de Trujillo”.  Y ese aprendizaje evitaría que estallara el aire comprimido del rencor.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas