En la edición de ayer del diario español “El País” apareció un artículo titulado: “Los políticos sobrantes”, escrito por la periodista Irene Lozano.  Ella es licenciada en lingüística y filosofía; autora del libro “El saqueo de la imaginación”, un texto dedicado a explicar cómo los políticos pervierten el uso de las palabras, hasta hacerles perder sentido y significación.  En su reciente artículo, Irene Lozano reproduce un texto que reza: “Españoles, ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando la patria, no ven para ella otra salvación que libertarla de los políticos profesionales.

Estas palabras las pronunció Miguel Primo de Rivera, en 1923, cuando “proclamó” el golpe de Estado que dio inicio a su dictadura militar.  También ayer, en la República Dominicana, el editorial de “Diario Libre” aborda un tema semejante: “Violencia y corrupción son dos caras de la misma moneda, que no es otra que la conquista del poder para luego lucrarse a través de las oportunidades que ofrece.   Violencia y corrupción que siempre queda impune como anticipo de lo que sucederá cuando el partido, cualquiera que sea, llegue al poder”.   Políticos “profesionales” y partidos “tradicionales”, están hoy en entredicho.

Se trata de un problema general.  En Venezuela los viejos partidos se desacreditaron completamente; y así surgió el “Polo Patriótico”, encabezado por Hugo Chávez.  En Italia la gente está harta de Silvio Berlusconi; de su machismo y escandaloso estilo de vida.  Irene Lozano considera que “la ineptitud como gestores de tantos dirigentes, lejos de llevarles a dar paso a alguien mejor, les conduce a empecinarse en su nulidad y desprestigio”.  Unos políticos nos dicen que el Estado debe ser empequeñecido o limitado; otros sostienen que debe ser “fortalecido” y nunca reducido.

Atrapados en medio, viven actualmente los ciudadanos; unas veces dando gritos que nadie escucha; otras veces recibiendo empellones de la policía o reprimidos por grupos paramilitares.  Irene Lozano afirma que “la solución del problema no es menos, sino más y mejor política”.  “Diario Libre” concluye en que “necesitamos un liderazgo nuevo que cambie las cosas”.  Falta saber cuales cosas y cómo.  Pero no hay dudas de que andamos mal. Obviamente, nadie quiere seguir así.