A PLENO PULMÓN
Apartarse del punto

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El programa “Aparte y punto” llegará a su punto final el próximo lunes. Su formato espontáneo, de conversaron amistosa, le granjeó considerable audiencia en el ámbito de la clase media urbana; también empresarios, políticos, académicos, se aficionaron a oír los comentarios de noticias ofrecidos por el ingeniero José Israel Cuello y quien escribe esta esquela de despedida.  Nos propusimos hacer un programa en el cual las noticias fueran acompañadas de antecedentes históricos; o de notas comparativas extraídas de países vecinos, geográfica o culturalmente.

Nos importaba mucho jerarquizar las noticias según afectaran mayor o menor número de personas.  Siempre quisimos que nuestras simpatías personales y convicciones ideológicas, no estorbaran “la presentación” de los sucesos.  Defendimos en todo momento los derechos a expresar puntos de vista “encontrados”.  Los propios productores de “Aparte y punto” sostuvieron disputas diversas, que ciertos televidentes “juzgaron” diferencias “al borde de la riña”.  El público benefició doblemente: escuchó dos opiniones contradictorias “con asideros en la realidad”; recibió un entrenamiento de tolerancia democrática frente a “ideas políticamente conflictivas”.

 Nos parecía una necesidad de “higiene mental”, al comenzar el día, que las más desalentadoras noticias tuviesen contrapartidas de buen humor y de esperanzas en el porvenir; que la gente no olvidara un hecho básico: además de la política y los negocios, existen en el mundo otros asuntos igualmente importantes.  Algunos programas “interactivos” dejan escapar por las líneas telefónicas: obscenidades, acusaciones falsas, pareceres irresponsables destinados a extorsión o intimidación.  En “Aparte y punto” nunca se utilizaron recursos de este tipo.  Estamos satisfechos  por cada una de las cosas relacionadas aquí. 

A pesar de todo ello, no pudo desarrollarse adecuadamente la venta de publicidad para mantener en pie un programa diario, a través de una emisora de gran prestigio y audiencia como lo es el canal 37.  La empresa tendrá oportunidad de vender el mismo espacio a “productores más productivos”.  Durante años José Israel Cuello acudió al programa con la puntualidad de un diario que cae en una marquesina.

  Tuvimos numerosas discusiones acerca de historia española, dominicana, rusa; nunca por razones de dinero o malas prácticas periodísticas.  Saldremos definitivamente “del aire” el 30 de agosto.  Agradecemos muchísimo la conmovedora solidaridad de tantos televidentes asiduos. Una experiencia inolvidable.

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