A PLENO PULMÓN
Atisbos del porvenir

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Cuando alguien tiene un callo en la planta del pie o una “uña enterrada”, no le queda más remedio que cojear.  Se adapta a una dolencia que no lo incapacita totalmente.  Sufre su cojera con resignación porque sabe que el problema no es grave, que podría encontrar arreglo a corto plazo con una simple intervención del podólogo.  Pero si se tratara de una fractura en la cadera o en el fémur, tendrían que llevarlo en silla de ruedas.  Y estaría obligado a tomar decisiones firmes: consultar al osteólogo, ir donde un cirujano.  De lo contrario se vería condenado a la postración definitiva.

 Ese es el caso de la sociedad dominicana.  No tenemos agua; pero construimos cisternas o instalamos “tinacos”.  Si falla la energía eléctrica usamos “planticas” e inversores.  Para librarnos de policías que colaboren con ladrones, contratamos “guachimanes de confianza”.  La “seguridad” es negocio rentable para exmilitares de cualquier rama de las FFAA.  La “inseguridad” estimula el comercio de armas, alambres de púas, gas pimienta, alarmas, ojos electrónicos; también la confección de rejas de hierro cada vez más tupidas.  Cojeamos, resignados, con todo esto, sin tomar ninguna decisión firme sobre el porvenir de nuestras vidas en la RD.

 Creo que los problemas de nuestra isla van en camino de agravarse por diversos factores: las alzas en el precio del petróleo, los problemas monetarios internacionales, las presiones propias de la globalización del comercio y la contratación de mano de obra “desterritorizada”, la irresponsabilidad de los dirigentes dominicanos, la situación general de Haití.  Sin embargo, cuando los problemas colectivos se agravan hasta llegar a ser intolerables, es cuando más cerca están de ser afrontados y resueltos radicalmente.  No es lo mismo un callo que la fractura del fémur.

 Soy optimista –visceralmente optimista-, aunque conozca algunos de los motivos históricos que nos han llevado al pesimismo, o fatalismo, con respecto al destino de nuestra zarandeada comunidad.  Ayer fue publicada en la primera plana de “Diario Libre” la fotografía de Michel Martelly, candidato triunfante en las elecciones de Haití.  Obtuvo el 68% de los votos.  Aparece con la corona de rey de carnaval que utilizó durante su campaña electoral.  Vislumbro ahora un porvenir casi completamente despejado para la RD.

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