A PLENO PULMÓN
Bornes del Paraíso

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El Paraíso parecía ser un lugar sin límites, el espacio infinito destinado a la felicidad perpetua.  De algunos escritos antiguos se había sacado en limpio que dentro del Paraíso había un jardín –el Jardín del Edén–  que era un terreno catastralmente deslindado, de acceso restringido: aproximadamente el “country club” de Adán y Eva.   Dante nos describe detalladamente la topografía circular del infierno; y revela que el Jardín del Edén es, por su posición,  el “pent-house” del purgatorio.  Pero Fernando Ureña Rib ha suministrado informaciones nuevas, de gran interés geográfico, antropológico y administrativo.

En  “Otra versión del paraíso”, texto mucho más actual y atrevido –todavía no disponible en la red de Internet-,  Ureña Rib explica: “Los domingos está cerrado el Paraíso”.  Los arcángeles impiden el acceso a turistas y curiosos con sus espadas flamígeras y está vedado incluso husmear a través de las enredaderas, tapias, hiedras y madreselvas que cubren la enorme empalizada que se extiende […]  desde las ensenadas de Druba hasta los precipicios de Ausgbaal”.   Leyendo estos nombres  del mapa del Paraíso me pregunté si las ensenadas de Druba serían como La Caleta o Boca Chica; un historiador cubano opinó que Ausgbaal fue un lugar colonizado por soldados romanos: lo llamaron Augusta e invocaron la ayuda de “belcebú”.

Los precipicios de Ausgbaal tienen, pues, doble influencia imperialista: romana y asiria.  La cuestión de los linderos del Jardín del Edén hace pensar que, en algún momento de su juventud, Adán y Eva se besaron “a la orilla de la empalizada”.  Esto trajo a colación el envejecimiento de la pareja que inventó el amor al sucumbir a la tentación.

Dice Ureña Rib: “En ningún caso se permitirá adentrarse en el santuario donde se alojan Adán y Eva.  Ellos han envejecido, su estado es delicado y su aspecto ha desmejorado considerablemente.  Ya no reconocen a patriarcas ni embajadores y son incapaces de pronunciar bendición alguna.  El Parque de la Tentación es de tránsito restringido.  Los árboles del Bien y del Mal están celosamente guardados por gendarmes angelicales de la Guardia Celestial… Aventurarse  hasta el área de los Deseos y a los frutos prohibidos suele ser mortal”.  Al Poniente, está el Pabellón Histórico, que registra abolengos, inquisiciones,  cruzadas. 

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