A PLENO PULMÓN
Calzones de fuerte azul

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Los nombres con que designamos los objetos experimentan variaciones a lo largo del tiempo. Muchos jóvenes nunca han oído hablar de “pantalones de fuerte azul”.  Conocen la expresión norteamericana “blue-jeans”.  Esta palabra compuesta semeja una balanza desequilibrada de dos platillos: lo azul ha ido menguando; y los “jeans” triunfando, en solitario.  Ni fuerte, ni azul; o vaqueros, o “jeans”.  La gente de hoy jamás se refiere a “un fuerte azul”.  En los años cincuenta, en el apogeo de la dictadura de Trujillo, los limpiabotas vestían trajes completos de fuerte azul.  Era una especie de uniforme de trabajo.

Recuerdo a uno de ellos que decía: “he limpiado los zapatos de muchos secretarios de Estado: también le he sacado brillo a zapatos militares.  Al coronel Johnny Abbes le puse lustrosas las botas; él viene a la Calle del Conde cuando visita la farmacia de don Humberto Gómez”.  Escuchaba atentamente las conversaciones, pues trabajaba para el Servicio de Inteligencia Militar (SIM).  Si las conversaciones eran sobre literatura, se dormía sentado en su taburete, con la caja de paños y pastas entre las piernas.  Si hablábamos de política, despertaba enseguida para cumplir “obligaciones complementarias”.

“Denim blue” es el nombre tradicional de la tela áspera de dril que se usa en la confección de ropa para granjeros, mineros, obreros metalúrgicos.  Levi-Strauss y Jacob Davis, dos emigrantes judíos de Baviera, instalaron en California una fábrica de ropa resistente, para obreros, durante “la fiebre del oro”.  Patentizaron sus pantalones reforzados con remaches en 1873.  El actor James Dean, protagonista de la famosa película “Rebelde sin causa”, usaba pantalones y “jackets” de fuerte azul.  Con ropa de pobres manifestaba la inconformidad de los ricos.

La primera “operación de negocios” que hice en mi vida consistió en vender, por catálogo, unos vestidos “corte princesa” para jovencitas.  La empresa “Fashion Frocks” de Cincinnati, Ohio, pagaba una comisión a los vendedores, la cual podía usarse en la compra de pantalones y “jackets blue-denim”, exactamente iguales a los que llevaba James Dean en la película.  Mi amigo José Luis Teijeiro, (QEPD), me explicó lo que debía hacer para obtener un “money-order” y pagar el pedido.  Conseguí así ropa de fuerte azul al último grito de 1955.

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