A PLENO PULMÓN
Chivos y chivatos

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Chivos y chivatos

Todos los animales tienen “su puesto” en cada idioma.  En español se dice: “se quedó con la parte del león”; también oímos: “actúo como un zorro”.  En Santo Domingo circula el refrán: “culebra no cae en lazo”.  Cuando se habla de alguna empresa “depredada por administradores”, es frecuente oír: “esa vaca está desollada”.  De un político en autoridad para decidir, se dice: “él es quien corta el bacalao”.  Pero el animal rabicorto que llamamos chivo, se lleva “la palma del uso”  en el español dominicano.  Sólo el dinero y los órganos sexuales logran superar al chivo en “aplicaciones expresivas”.

Muchos sociólogos afirman que los dominicanos viven “como chivos sin ley”; no respetan semáforos, reglamentos, disposiciones legales.  Los estudiantes ceden a la tentación de “meter chivos” durante los exámenes.  Si un niño es inapetente, no faltará una señora que recomiende: “a ese muchacho hay que darle leche de chiva”.  Los periodistas, al comentar ciertos procesos judiciales demorados o detenidos, informan: “el juicio está enchivado”; nunca dicen “archivado”, que podría ser más “exacto”.  En Santo Domingo les otorgan rangos a las mujeres coquetas; pueden llamarlas: “chiviricas”, “chivonas” o “chivas  a  todo meter”.

 Todos conocen la novela de Mario Vargas Llosa: “La fiesta del chivo”, narración acerca de la muerte de Trujillo y el envilecimiento de la sociedad dominicana.  “Mataron al chivo/ en la carretera”, fue la forma musical de celebrar la noticia del magnicidio.  El chivo es un animal que trepa con facilidad por cualquier terreno, que sortea todos los obstáculos para encontrar comida; por eso es chocante escuchar en tiempos de lluvia: “se han enchivado” tres carros en el lodazal.  Los chivos ramonean de aquí para allá; muerden hojas tiernas de los arbustos.  Si comen orégano, la gente dice: “este chivo se sazona él mismo”. 

“Yo no entro en rifa de chivos”, afirman tajantemente ciertas personas muy exigentes.  “Chivo expiatorio”, “barbas de chivo”, son expresiones de difusión general.  En la RD decimos “amarrar la chiva”, con significación “difuminada” múltiple.  Pero lo más importante de todo es que los dominicanos “se ponen chivos”, en estado de alerta, cuando creen que están presentes los “chivatos del servicio secreto”.  Nos “ponemos chivos” ante la mera posibilidad de ser “chivateados”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas