A PLENO PULMÓN
Citas viejas y nuevas

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Citas viejas y nuevas

Nadie sabe a ciencia cierta cuánto gasta el “Sistema de Salud Dominicano” en la atención de parturientas y enfermos haitianos.   Poca gente discute la pertinencia de ofrecer servicios médicos a los haitianos; sea por razones laborales, motivos humanitarios o por conveniencias sanitarias, lo mejor es curar enfermos que podrían contagiar a sus familiares y a los ciudadanos del país anfitrión.  Pero aun aceptada la inevitabilidad del servicio, queda en pie el asunto de su costo.  El mantenimiento de la seguridad social es un problema económico, de matemáticas financieras.  Para haitianos, dominicanos, franceses y estadounidenses.

 Nuestro “Sistema Judicial” también incurre en gastos “especiales” para atender conflictos entre haitianos o entre haitianos y dominicanos.  En las fiscalías de cualquier municipio de la RD se presentan litigios que no consiguen ser tramitados porque “no pueden documentarse debidamente”; en primer lugar porque los protagonistas carecen de documentos legales.  La riña tiene lugar, la cuchillada es inferida, la detención se produce y el expediente se abre; pero no llega a ningún desenlace burocrático.  ¿Cuánto cuesta al Estado dominicano administrar justicia para esa ola de inmigrantes sin documentos?

 La “emigración hacia el Este” es un viejísimo fenómeno social.   Los bosques de Haití casi han desaparecido; la erosión hace que la tierra sea inservible para la agricultura. El terremoto intensificó el ritmo de la emigración hacia RD.  El desorden político y administrativo reinante en Haití ensombrece la visión del porvenir de las dos comunidades que comparten la isla.  En diciembre circuló a través de “Internet” un escrito de Rubén Presbot, quien pronostica: “En poco tiempo tendrán sus partidos políticos, sin que las diferencias de lenguas y estilos de vida eviten que el país hermano más afortunado cargue con el infortunio del necesitado; aunque con ello pague el costo de neutralizar su propio desarrollo”.

 El desarrollo económico es resultado de adecuadas combinaciones entre capital y trabajo.  La capacitación de los “recursos humanos” disponibles se reputa hoy más importante que los “recursos naturales”.  El fabulista español Tomás de Iriarte, 1750-1791, escribió sobre nuestro territorio: “De Santo Domingo trajo/ dos loros una señora;/la isla en parte francesa,/ y la otra parte española./ Así, cada animalito/ hablaba distinto idioma./ Pusiéron los al balcón,/ y aquello era Babilonia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas