A PLENO PULMÓN
Contactos a distancia

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Leo a menudo las notas que los lectores ponen a mis escritos en Hoy digital.  Los comentarios no llevan la firma de quienes los hacen; lo usual es identificarlos con contraseñas o pseudónimos.  Las notas proceden de los EUA, Canadá, Suecia, España y de varias provincias de la RD; una parte considerable de estas notas es redactada por dominicanos; sean “ausentes” o residentes en “su territorio”.  Todos están interesados en los asuntos políticos y sociales de nuestro país.  Es asombrosa la información de que disponen, tanto general, estadística, económica, como chismográfica, “intradoméstica” o subterránea.  Nada escapa a la sagacidad y suspicacia de esos lectores lejanos. 

 También sus capacidades de observación son notables.  Los dominicanos emigrados pueden comparar el comportamiento de los habitantes de la ciudad donde residen con la conducta habitual de sus compatriotas, aquí, en medio de la “sociedad de origen”.  Esos dominicanos “transterrados” siguen amando su tierra, continúan enviando dinero a sus familiares y leyendo noticias y opiniones en los periódicos de la RD.  Son hombres normales que decidieron trabajar en otro país mejor organizado o más rico que el suyo.  Se adaptan perfectamente a los usos y costumbres de las sociedades donde viven; aprenden rápidamente otro idioma, aceptan las reglas de trabajo, los modelos de comportamiento.

 Es claro que existen dominicanos emigrados que son delincuentes.  Estos son repatriados continuamente por las autoridades judiciales norteamericanas.  También en estos casos penosos opera el mismo fenómeno de “transculturación”.  Los delincuentes dominicanos, rurales o “subdesarrollados”, aprenden de los delincuentes “refinados” de las grandes ciudades.  Lo importante es que el trabajador dominicano honesto “funciona bien allᔅ porque encuentra reglamentos y normas que todos admiten “por consentimiento”.

Profesionales dominicanos de diversas carreras se distinguen “en el extranjero” por su talento, laboriosidad, cumplimiento de estatutos corporativos, etc.  ¿Cuál es la causa de que tantos peloteros dominicanos lleguen a ser estrellas en las grandes ligas?  ¿Cómo es posible que médicos dominicanos dirijan con éxito departamentos especializados en centros de salud norteamericanos?  Creo que el secreto estriba en la disciplina y la asiduidad, inducidas por las exigencias que impone la organización social.  A través de estos “contactos lejanos” podemos disolver algunos “misterios sociales”.  Los propios emigrados dominicanos nos ayudan a comprenderlos.

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