-¿Existen, acaso, grandes diferencias entre Parral, Metapa, Aracataca o Paramaribo? La gente de las Antillas Mayores desdeña a las Guayanas como si fuesen pedazos de selva virgen. Cubanos, dominicanos, haitianos, puertorriqueños, son sumamente orgullosos; creen vivir en el centro del mundo. Por la relación con España, Francia, EUA, la Unión Soviética, alardean de ser adelantados de la civilización. La primacía histórica de que por esas islas comenzó la colonización del Nuevo Mundo se considera una ventaja sobre los habitantes del continente. Pero nosotros estamos mejor preparados que los antillanos para comprender las sociedades de hoy.
-Hemos vivido toda clase de sucesos políticos en nuestro territorio de 160,000 Km2. Aquí han ejecutado intelectuales y periodistas, sin juicio, en 1982; también hemos visto derrocar varios gobiernos por golpes de Estado militares; lo mismo que levantamientos populares; la ocupación de una presa por civiles. De Suriname emigró un tercio de la población en 1975. Tenemos tajantes divisiones lingüísticas, raciales, culturales; nunca alcanzaremos la pretendida unidad nacional. Tuvimos relaciones diplomáticas con Cuba; y luego denunciamos todos los acuerdos con el gobierno de Fidel Castro. ¿En qué consiste la experiencia histórica? Estas mataduras existenciales, obviamente, estarán presentes en lo que yo dicte al taquígrafo.
-Acabo de leer en un periódico una noticia estrafalaria, quizás simbólica. A la costa Norte de la República Dominicana empezaron a llegar, hace dos semanas, miles de tapas plásticas de jugos y refrescos de Paramaribo. Las tapas no estaban usadas; el anillo dentado que se rasga al abrir las botellas estaba intacto. Se pensó entonces en el naufragio de un cargamento enorme de tapas plásticas. Desde América del Sur, las corrientes marinas del Atlántico llevaron un mensaje de la Guayana holandesa a los dominicanos. Las tapas tienen impresa una leyenda: Rudisa Beverages & Juices N.V. Paramaribo, Suriname.
-Esa firma produce los jugos de frutas Thrill. Son los jugos naturales que los médicos me recomiendan consumir. Mis dolencias de los riñones exigen una dieta especial. Los parientes míos me envían cajas de jugos casi todos los meses. Nadie en RD conoce la marca. ¡En Suriname hablamos montones de lenguas! ¡Europeas, asiáticas, aborígenes! Sé que voy a morir; las tapas presagian el cementerio marino para un holandés desterrado.