A PLENO PULMÓN
Correcciones mínimas

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Correcciones mínimas

En nuestro país, a un escándalo grande sigue otro escándalo mayor; el “ruido periodístico” del último silencia los detalles vergonzosos del anterior.  Hay crímenes de los que no se vuelve a saber nada; el proceso judicial desaparece de los diarios porque un crimen nuevo “desaloja” de la primera página los “crímenes viejos”.  Algunas veces los escándalos son financieros; en otras ocasiones son carcelarios, de narcotráfico, de malversación de fondos públicos; los hay políticos, empresariales, intrapartidarios, sexuales e internacionales.  Cubrimos una amplísima gama.

 En el área de los escándalos es difícil darnos una sorpresa. Antes de “estallar” la denuncia, los dominicanos “saben” dónde se incuba el “espectáculo” que veremos la próxima semana.  Los rumores se transmiten a gran velocidad.  El hombre común nos advierte: “saldrán a bailar” muchos “pejes gordos”; personas de las cuales usted no espera “un comportamiento tan puerco”, serán “echada en el baño”.  Las noticias que publica la prensa escrita van a la zaga de las que se difunden de boca en boca.

 “Han matado al narcotraficante Rolando Florián; lo “arreglaron” dentro de la cárcel; un militar lo hizo; el fiscal está redactando el informe”.  Ese “notición” circuló a través de Radio Bemba, fuera del espectro radio eléctrico y el control de INDOTEL. “Conoceremos algunos trapos sucios de la Corporación de Electricidad”.  También en este caso hubo “anticipos” informativos del escándalo.  Pero conocer la verdad no nos hizo libres.  Supimos de unos hechos perpetrados por hombres que no eran apóstoles. Del caso de Paya, con muertos, drogas y dinero, también recibimos “noticias previas”.

 Sabemos cuando un banquero “irá preso”, incluso antes de que el juez dicte la sentencia.  Nos llegan enseguida los datos precisos; “los accionistas aportarán el dinero que falta”, el banco seguirá funcionando sin problemas.  El periódico no hace más que ilustrar o detallar lo que todos conocían desde hace varios días”.  Claro está, con algunas “correcciones mínimas”.  Los militares dominicanos que serán requeridos por el gobierno de los Estados Unidos es otro ejemplo tremendo.  Antes de tramitar el expediente de extradición el público conoce los nombres de los perseguidos.  El presidente de la Suprema Corte de Justicia declara que no ha recibido papeles todavía.  Los dominicanos aseguran que los recibirá.

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