Se les llama “forros” a los abrigos; se dice: hacía tanto frío que tuve que “salir forrado”.  Forro es también envoltura o cubrimiento de terminación; hay libros de lujo forrados con piel de becerro; y abrigos de pieles forrados de seda en su interior.  Forro es defensa, protección o resguardo.  Aquí en Santo Domingo, cuando se habla de un político muy rico, es corriente escuchar: “está forrado”.  Se sobreentiende que forrado de dinero.  La riqueza es “un escudo”. Existen usos elegantes y refinados de la palabra forro, sobretodo en el campo de la repostería; y otros vulgares donde adquiere enorme fuerza significativa.

¿Por qué hiciste ese desplante? pregunté a un amigo; contestó: “porque me salió de los forros”.  A veces esta frase incluye la mención de los testículos, cuyo forro parece ser el escroto, salvo mejor parecer de los anatomistas.  En los últimos días he escuchado otras variaciones en el uso coloquial del vocablo forro.  Comprendo perfectamente aquello de “lo que me sale de los forros”.  Pues lo que “nos da la gana” brota del interior de los tejidos del cuerpo y podría atravesar membranas, tegumentos o forros, hasta salir violentamente al exterior.  Pero han surgido nuevas modalidades en el empleo de esta dichosa palabra.

Está “forrado de deudas” dijo un banquero, refiriéndose a un cliente en dificultades económicas.  Un periodista afirmó en una taberna que otro periodista,  compañero de trabajo, vivía “forrado de amarguras”.  Acerca de otro periodista comentó: come del “forraje” que le llega  a través de un ministerio.  Antiguamente se llamaba forraje solamente al alimento para animales.  Un comentarista extranjero de los asuntos políticos de la RD está convencido de que: “aquí no se resuelve nada por falta de forros”.

Ese extranjero, tal vez por contagio lingüístico, asimile o superponga las palabras forro y testículo, como si fueran sinónimas o complementarias.  Por la proximidad de las elecciones generales se escuchan muchas opiniones sobre el futuro político de la sociedad dominicana.  Se afirma que los comicios “serán reñidos”; que con toda seguridad “habrá segunda vuelta”.  Los burlones proclaman que actualmente hay demasiado dinero y muy poca vergüenza.  No esperemos “vergüenza contra dinero”.  Solamente los que tengan forros lucharán contra los que están forrados.