A PLENO PULMÓN
Cumbres y caballetes

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El Presidente Leonel Fernández ha insistido en que debe organizarse ayuda internacional dirigida a la “reconstrucción” de Haití.  No para que logre “resarcirse” de los daños del terremoto, pues doscientos y tantos mil muertos significan un daño irreparable. Para las familias que perdieron hijos, padres, hermanos, no hay reparación posible; el trauma psíquico de los sobrevivientes no podrá ser olvidado en mucho tiempo. Las viviendas si pueden levantarse otra vez; los negocios, el trabajo, podrían relanzarse sobre la tierra deforestada de Haití.

El Presidente Fernández acudió a la cumbre de mandatarios que tuvo lugar en Cancún.  Los temas tocados allí abarcaron: la ineficiencia de la OEA para resolver conflictos regionales; la creación de un nuevo organismo “multilateral” que sustituya a la OEA, sin la participación de los EUA y el Canadá, las dos principales economías del continente americano.  Leonel Fernández ha dicho que esa propuesta “entidad de integración” regional “aun no está madura”.  Además, señaló el peligro de “la dispersión” de esfuerzos.  Tenemos el Grupo de Río, el SICA, el Alba.  Existen muchas asociaciones para acción coordinada de países con intereses comunes.

 Es una posición sensata y realista, como lo es también mencionar el volumen de recursos que moviliza el mercado de drogas cada año.  En Asia, en Oriente Medio, en EUA, las drogas representan 500 mil millones de dólares: Un peligro mortal que amenaza las instituciones de derecho público.  Estos temas son importantes y pertinentes, pues está a la vista que no se han alcanzado grandes victorias, en ningún país, en la “lucha contra el crimen organizado”. 

Sin embargo, el problema más severo para la RD y el Caribe, es la pobreza secular de Haití.  El Presidente dio lo que se llama “un palo” al reiterar en la televisión mexicana: “un llamado a la comunidad internacional (…) para que no se limite a enfrentar las consecuencias del terremoto (…) sino la pobreza histórica de Haití.  Transcribo el “puntillazo” final, preciso, contundente, oportuno: “si se han encontrado trillones de dólares para salvar a los bancos por qué no se pueden encontrar dos mil quinientos millones al año para salvar a 10 millones de seres humanos”.  No acabaremos temprano; pero quizás estemos ya en el caballete.

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