A PLENO PULMÓN
El  animal sufriente

<STRONG>A PLENO PULMÓN</STRONG><BR>El  animal sufriente

El hombre ha sido definido como “animal racional”, esto es, una especie que emplea razonamientos para organizar y desarrollar su vida colectiva; también el “homo sapiens” ha sido llamado “homo faber” y “homo instrumentalis”, o sea, capaz de “fabricar” su propio destino y modificar el entorno geográfico; capaz de crear “instrumentos” tales como hachas, lanzas, flechas, martillos, azadas.  Cada definición del hombre se ha hecho a partir de alguna faceta importante del conjunto de sus capacidades. Se le califica “animal simbólico” por su poder para construir vocablos, imágenes, iconos, con significados indirectos y complejos.

Mención separada merecen los títulos de “homo oeconomicus” y “homo ludens”.  El animal económico ha sido objeto científico por excelencia de sociólogos y politólogos. Tal vez sea este una variante contemporánea del “zoon politikon” de los griegos. De la importancia de la actividad económica no cabe ninguna duda.  Agricultores, comerciantes, industriales, financistas, influyen todos los días en la marcha de las economías, las fluctuaciones de empleos y monedas; desde luego, la política está directamente relacionada con la miseria y la escasez; lo mismo que con la prosperidad y la abundancia. Los artistas todos, poetas, escritores, insisten en que el hombre es un animal que juega, como los niños, con juguetes diversos.

Cada uno de los aspectos de la personalidad del hombre produce gozos y sufrimientos, incluso en el caso especial del “homo eroticus”.  El amor y la sexualidad siempre han sido fuentes de placer y de horrorosas tragedias.  El puro raciocinio conduce al hombre a la verdad, según lo esperaba Aristóteles y, además, al callejón sin salida, la aporía, la perplejidad.  La ballesta fue en su momento un terrible instrumento que causaba muertes seguras.

Las crisis económicas provocan espantosos sufrimientos al “homo oeconomicus”.  La contaminación ambiental en grandes ciudades enferma al hombre que las construye y habita en ellas asustado. Entre todas las facultades de que dispone el hombre, la política es la que más sufrimientos ha traído en el curso de la historia: guerras, bombardeos, matanzas sin cuento; abusos, atropellos, exclusiones, en cien países. Tiranos y torturadores han llenado la tierra de cadáveres y verdugones. El “zoon politikon” paga sus cuentas con crecidos intereses, igual en Siria que en Libia.

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