A PLENO PULMÓN
El canto del cisne

A PLENO PULMÓN<BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2012/01/54FFCF42-9E1B-4BDE-A150-BCEFB069E8A1.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=319 data-eio-rheight=390><noscript><img
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Yo estaba parado frente al mostrador de la recepción del periódico cuando entró la mujer; por esa circunstancia fortuita pude conocerla, oír su solicitud y conducirla hasta el escritorio de un reportero a quien apodaban “Romito”.  (En realidad se llamaba Romeo pero, como le gustaba mucho el ron, en lugar de Romeíto le decían “Romito”).  Era una anciana con un vestido color verde botella, tachonado de pequeñas flores amarillas.  Noté que llevaba la cintura bastante apretada para su edad.  –¿Puedo ver al jefe de redacción?  Quiero hacer unas declaraciones  –¿Se trata de asuntos sindicales, aduanales, sociales?  preguntó la recepcionista.   –No, nada de eso; son asuntos políticos.

 Entonces intervine para sacar de apuros la recepcionista y ayudar la mujer a encontrar el camino de la redacción.  Así fue como llevé la señora de las flores amarillas donde el soñoliento “Romito”.  –Ella quiere hacer unas declaraciones, le dije al reportero.  –Siéntese, señora, dígame en que puedo servirla.  –Pues verá usted, yo pertenezco a una familia de revolucionarios; todos mis hermanos ya están muertos; la única hermana que me queda está muy enferma y no tardará en morir.  Yo soy la más vieja de la familia; tengo 85 años.  Al oír esto me despedí, advirtiendo a “Romito”: antes de publicar la historia déjame leerla.

 –Mi familia, como le dije, estuvo compuesta por hombres rebeldes: profesionales inconformes, artistas revolucionarios; mi hermana y yo, e igualmente nuestros maridos, fuimos militantes activos contra la opresión trujillista.  También contra las injusticias sociales que sufrimos hasta el día de hoy.  La policía  y los políticos producen más enfermedades que todas las bacterias juntas.  -¿Qué quiere decir con eso?  -La angustia que sufre un perseguido político puede matarlo sin prisión, sin torturas físicas ni balazos.

 –Los jóvenes no saben en lo que se meten cuando se dejan llevar por ensoñaciones políticas.  ¿Cuántos años duró el gobierno de Trujillo? Treinta.  ¿Cuántos años han pasado desde que lo mataron? Cincuenta.  Treinta más cincuenta suman todos los años de mi vida.  La frustración empuja algunos muchachos a beber todos los días.  Terminan destruidos por el alcohol.  Compartí siempre los ideales de mis hermanos; no quería decir esto mientras ellos vivieran.  El despotismo nunca es un “tormento pasajero”.

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