A PLENO PULMÓN
El cepillo de dientes

A PLENO PULMÓN<BR>El cepillo de dientes<BR>

 El poeta norteamericano Walter Benton escribió un poema en el cual celebra gozoso la fragancia de la pasta dentífrica extendida sobre el cepillo de dientes.  Cuando nos levantamos de la cama, el cepillo de dientes es como una batuta que marca los compases de la partitura que nos proponemos tocar durante el día.  Este adminículo doméstico no era un “objeto poético” para los artistas del siglo XIX; a pesar de que “el aliento de la persona amada” no podría ser grato perfume sin el aseo adecuado de la dentadura.  Walter Benton murió en 1976.  Procedía de una familia rusa que emigró a los EUA durante la Primera Guerra Mundial.

 Esto viene a cuento porque José Báez, en “Cartas de un borrasho”, ha traducido una composición titulada “Quien es un poeta”, escrita por un polaco llamado Tadeusz Rozewicz, cuyo nombre escucho por primera vez en mi vida. Este poeta, nacido en 1921, fue fusilado por la Gestapo en 1944.  Reproduce también una traducción de los versos noveno y décimo, realizada por Wojciech Graniczewski: “un poeta es uno que tiene labios/ y aquel que se traga la verdad”.  Por su parte, Báez traduce al castellano los primeros cuatro versos de este modo: “Un poeta es uno que escribe versos/ y uno que tampoco escribe./ Un poeta es uno que rompe sus cadenas/ y uno que se engrilla a sí mismo”.

 Quiere decir que encasillar o definir a un poeta es asunto difícil de lograr, incluso para un poeta.  Los últimos cuatro versos José Báez los traduce así: “Uno que ha sido propenso a caer/ y uno que se levanta./ Un poeta es uno que intenta escaparse/ y uno que no se puede ir/”. Todos los vericuetos y recodos por donde nos lleva la vida conducen a la poesía.  Tal vez “poema” sea nuestra manera de acomodarnos a una situación sin remedio.

 José Báez cree que invocar el dicho italiano “traduttore, traditore” es una vulgaridad como “sacarse mocos de la nariz con los dedos”. Y no hay quien no lo haya hecho alguna vez, afirma resueltamente.  Traducir es traicionar; pero sin traducciones la cultura no podría circular, ni “universalizarse”.  Las imperfectas traducciones permiten que los hombres tengan comunicación.

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