En 1950 los niños de las escuelas dominicanas cantaban canciones estimulantes del aprecio a la propia tierra, del amor a los padres, del gusto por las frutas autóctonas. Había canciones en alabanza de las flores comunes de nuestro país. Ese cancionero infantil estaba dirigido a promover el amor a lo nuestro desde tierna edad. Entre estas canciones destacaba una fantasía en honra de los tainos, primeros pobladores de la isla Española. La población taina, como sabemos todos, decreció rápidamente durante los primeros años de la colonización. Los abusos, la insalubridad, el exceso de trabajo, fueron causas de la extinción de los tainos.
Basta con señalar que en 1514 hubo un reparto de indios del cual se hizo un censo: el reparto de Alburquerque. Los indios se encomendaron al servicio de tales o cuales colonos. En ese momento eran 24,000 aborígenes. Concluida la Rebelión del Bahoruco, encabezada por el cacique Enriquillo, se firmó en 1533 la paz de Barrionuevo. Entonces sólo quedaban 6,000 indios. La canción mencionada decía: Maybá, tu destino es sufrir, bajo el yugo morir. La raza taina tuvo un destino trágico: pasar la vida con los pies metidos en los ríos, sacando oro aluvional para amos extranjeros.
Las canciones más sencillas pueden ser instrumentos primarios de difusión social. Los cantares de gesta fueron fenómenos sociales que engendraron literatura aglutinante en todos los pueblos del mundo. Esas viejas canciones eran vías para la educación en valores, caminos para enseñar a apreciar la justicia, la belleza, el respeto a los niños y ancianos. Los publicistas contemporáneos conocen bien el valor de un slogan, de un lema que se repite; los han creado con música y les llaman jingles. Con parecidas finalidades se han compuesto décimas, octavillas; y estribillos de todas clases.
Los bumpers de los vehículos han sido usados para propaganda política o comercial. He propuesto la confección de bumpers stickers, a colores, con lemas de estimulación ciudadana tardía. La educación debe empezar temprano; y si no empieza temprano, debe comenzar tarde. Me complace que muchísimas personas hayan manifestado su apoyo al proyecto. La Zona Franca Industrial Las Américas envió ya el primer aporte económico. Mil gracias. Podemos, si queremos, esquivar el destino de Maybá