Unos 200 mil sirios han huido de Alepo hacia Turquía con motivo del bombardeo de la ciudad por tropas del Presidente Bachar el-Asad.  La refriega civil de los sirios no parece tendrá rápido desenlace.  Las grandes potencias tienen intereses completamente distintos de los que movilizan a los ciudadanos de Alepo y Damasco. 

Los sirios no pueden confiar en “los organismos internacionales”, pues el Consejo de Seguridad de la ONU está bloqueado por Rusia, país con bases militares en Siria; y China no apoya los puntos de vista de EUA con respecto de el-Asad.   La carnicería Siria es un problema político y social para los habitantes de ese país; para las naciones mencionadas se trata de un asunto estratégico militar.

La vida es muy difícil cuando no hay suficiente comida ni trabajo regular y, además, los muertos caen a tu lado todos los días.  En resumidas cuentas: el pueblo sufre, el gobierno mata, la “comunidad internacional” negocia.  La política en el Oriente Medio, en el Golfo Pérsico, en Afganistán, es una actividad sangrienta, cuya única lógica podría ser el control de la energía, de la venta de armas o del comercio de drogas.  El resultado final es el odio, el desencanto, la desesperación. 

Hace una semana circuló la noticia de que aeronaves no tripuladas ayudaron a detectar cargamentos de drogas en la República Dominicana.  La tecnología avanzada de los llamados “drones” permite observar en una pantalla de televisión lo que ocurre a miles de kilómetros de donde son dirigidos.  Los aviones sin pilotos están armados; pueden matar a control remoto.  Las víctimas fallecen sin saber cómo les ha llegado la muerte.  Los operadores de “drones” no corren riesgos, no les salpica la sangre de los que caen lejos de la base de Siracusa, en el estado de New York.

Ayer apareció en los periódicos la fotografía de la madre de Julián Assange, el creador de “WikiLeaks”, sometido a proceso judicial y requerido en extradición por difundir información confidencial de carácter diplomático.  Este controversial australiano será defendido por el juez Baltasar Garzón.  Está refugiado ahora en la embajada de Ecuador en Londres, país donde ha pedido asilo.  Sus cables confirman plenamente que el mundo es un erizo.