A PLENO PULMÓN
Elogio de la tocineta

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–“Ustedes no saben lo bueno que es estar vivo”, dijo Epicentro a sus dos amigos, apoyando los codos en la mesa y agarrándose la cabeza.  – Me doy cuenta de que están vivos porque los veo pestañear, les oigo contar chistes; pero ustedes no saben de la misa ni siquiera la mitad.  No hablemos de mujeres, de caballos, ni de gallos, ni de política; ninguno de nosotros está en edad para estas cosas; además, nos conocemos muy bien desde hace años.  Oigan lo que hago  todas las mañanas: me voy al patio en pantalones cortos a tomar el sol. –Es nocivo exponerse demasiado tiempo a la radiación solar, afirmó Hipotenuso; no hagas eso.

–Pues a veces me tiendo en la tierra, pongo el oído sobre la hierba, e intento escuchar el rumor de volcanes lejanos.  –¿Has logrado percibir algo?  preguntó Hipotenuso, interrumpiendo de nuevo.  –No; no he oído nada, a no ser el ruido de camiones que pasan por calles cercanas.  No he logrado escuchar durante mucho tiempo porque al colocar el oído en tierra las hormigas me pican las orejas.  Incluso así, he gozado rascándome… y sentido el placer de estar vivo.  Me levanto del suelo con el propósito de desayunar huevos con tocineta, pan blanco y café.  –Esa no es una dieta saludable, objetó Hipotenuso otra vez.

–Tu siempre piensas en los hábitos de hombres sabios del pasado; pero Galileo y Newton comieron tocineta en grandes cantidades; eso no  afectó sus capacidades intelectuales, ni les disminuyó los años de vida activa.  El hijo de  don Vicenzo murió a los 78 años; Sir Isaac vivió 85 años, a pesar de haber sufrido una desastrosa infancia; en cuanto a Albert Einstein podemos decir que, siendo vegetariano, vivió solamente 76 años.  Murió a causa de una hemorragia provocada por un aneurisma.

–Einstein, quizás por su origen judío, no estaba acostumbrado a consumir carne de cerdo.  No era practicante del judaísmo, pero sí defendía ardorosamente la alimentación vegetariana.  –Ya lo ves; no obstante, le reventó una arteria: la aorta abdominal.  Es claro que no engrasaba la maquinaria; tan malo es el exceso de grasa como la falta absoluta “de lubricación”. ¡Goza la vida, disfruta del sol, come tocineta!

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