Mucho antes del nacimiento de la filosofía en la Grecia antigua, el sabio rey Salomón recomendaba, en el capítulo 9 de Eclesiastés: ¡Vamos, pues! Disfruta del pan que comes; goza del vino que bebes, porque a Dios le han agradado tus acciones. Vístete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza. Goza de la vida con la mujer amada, cada instante de esta vida sin sentido que Dios te ha dado en este mundo; eso es lo único que sacarás de tanto trabajar en este mundo. Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con empeño; porque en el sepulcro, que es donde irás a parar, no se hace nada ni hay conocimientos ni sabiduría.
Acerca de la sabiduría y los decires de la gente, ya había reflexionado en el capítulo siete del mismo libro: Todo esto lo examiné con sabiduría, pues me había propuesto ser sabio; pero estaba fuera de mi alcance. ¡Fuera de mi alcance está todo lo que existe! ¡Es demasiado profundo y nadie puede comprenderlo!. Al final de este pasaje, el poderoso rey de los judíos confiesa: solamente he encontrado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al hombre, pero este se ha complicado la vida.
De las experiencias de aquel hombre tan bien dotado intelectualmente procede la opinión mil veces repetida- de que cada cosa tiene su momento: un momento para llorar y un momento para reír. Un momento para callar y un momento para hablar. Un momento para nacer y un momento para morir. Y así para plantar y arrancar lo plantado, para construir y para destruir, para la guerra y para la paz. La lista titulada: Todo tiene su tiempo; aparece en el capítulo tres.
Salomón construyó el Primer Templo, que fue destruido por los babilonios; edificó palacios, cultivó huertos, hizo represas de agua, plantó árboles frutales y, finalmente, juntó montones de oro y plata. Además de estudiar y gobernar, Salomón encontró el momento para beber. Dice: con mi mente bajo el control de la sabiduría, quise probar el estimulo del vino, y me entregué a él para saber si es eso lo que más conviene al hombre durante sus contados días en este mundo.