A PLENO PULMÓN
Energia y buen juicio

A PLENO PULMÓN<BR>Energia y buen juicio

El valiente discurso del Presidente Danilo Medina pone sobre el tapete el tema eterno del oro. No siempre este metal ha tenido valor monetario.  En la cultura quéchua sólo tuvo valor decorativo; incluso se usó para colocar señales brillantes en los caminos.  Para los conquistadores españoles fue “una suerte” encontrar minas cuyos “propietarios” no apreciaban demasiado.  El oro es un metal escaso en la naturaleza y tiene la particularidad de que no oxida.  La tradición histórica de Occidente lo identifica con la riqueza.  Si las monedas están en apuros, a cusa de guerras o crisis económicas, el oro resurge como fuente de confianza pública.

 Una de las consecuencias del abandono del “patrón oro” en las economías occidentales fue la expansión excesiva de la oferta monetaria.  La creación de dinero ha provocado severas inflaciones y devaluaciones en todo el mundo.  Cuando se desorganizan las cuentas nacionales, la gente retorna al oro, al tradicional “respaldo en metálico”.  La moneda fiduciaria es nada si se pierde la fe en el papel impreso.  Las crisis del dólar y del euro han llevado a la India, a Rusia, a comprar grandes cantidades de oro; y ese es el motivo principal de que el precio del oro haya subido tan alto.  Lo quieren para sus bancos centrales.

 Si somos propietarios de una mina de oro, debemos tratar de que parte de la producción vaya a alimentar nuestras reservas monetarias.  Los EUA, desde los años setenta, no sacan una onza de oro de sus reservas en Fort Knox y en el Federal Reserve Bank of N.Y.  El Presidente Nixon “decretó” que el dólar seria una moneda inconvertible.  Lo que hace la India, Rusia, los EUA, tres países poderosos, debería hacerlo también un país pequeño como la RD.

 Es muy importante que nuestros legisladores distingan claramente entre el suelo y el subsuelo.  No es lo mismo arrendar o vender una propiedad inmobiliaria para uso turístico o agrícola, que hacer una concesión para explotar del subsuelo un recurso no renovable.  El Presidente Medina habrá hecho un enorme servicio a la nación, si logra modificar un contrato lesivo a los intereses permanentes del pueblo dominicano.  Ha procedido con firmeza, energía e indudable buen juicio político.

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