A PLENO PULMÓN
Gen de la terquedad

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¿A qué se debe que unos hombres tengan mas “fuerza de voluntad” que otros?  La energía para el trabajo o la guerra, para las luchas políticas o profesionales, varía entre las personas, en una escala que va de uno a mil.  El “carácter” es una faceta básica de la personalidad acerca de la cual existe una controversia interminable.  Se ha dicho que el carácter se forja “en el ruido del mundo”, esto es, durante el rudísimo ejercicio de vivir.  Hay quienes afirman enfáticamente: “es una cuestión genética”.  Se dice a menudo: “en esa familia todos son tercos; es muy difícil bregar con ellos”.

La llamada “fuerza de voluntad”, en sentido general, es considerada una virtud.  Pero cuando decimos de alguien: “solo quiere hacer su voluntad; lo que le viene en ganas lo hace por arriba de las cabezas de todo el mundo”, introducimos una connotación negativa.  He visto una brevísima película en la cual se expresa que “Trujillo tenía una voluntad de hierro”.  Cuando se proponía hacer algo no descansaba hasta lograrlo, hasta ver su entera conclusión o resolución.  Alcanzaba sus metas a puros golpes de “energía volitiva”, según escribió un joven psicólogo dominicano.  La filosofía “voluntarista” es una viejísima doctrina con ramas medievales y contemporáneas. 

A San Agustín se le tiene por un defensor de “la voluntad” frente al “entendimiento”.  En la tradición escolástica Dios es la voluntad suprema.  Mientras para los griegos la acción debía estar sometida al pensamiento –la práctica a la teoría-, para San Agustín, San Anselmo, Duns Scoto, no es así.  Ellos ponen la voluntad por encima del “flaco” entendimiento.  El filósofo alemán Schopenhauer escribió “El mundo como voluntad y representación”, un libro acerca de los fenómenos del mundo y la conciencia que de ellos tenemos.  La primera edición completa se vendió como papel. 

Si Dios es la voluntad suprema, entonces los hombres “voluntariosos” se parecen a Dios; y tal vez por eso sean tan admirados.  Federico Nietzsche, otro alemán, funda su filosofía vitalista en “la voluntad de poder”.  ¿Falta o sobra “voluntad política” en los dominicanos?  Un pariente mío cree que no se ha buscado el “gen de la terquedad”. 

De esa fuerza instintiva brota “la voluntad de poder”.

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